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martes, 6 de octubre de 2009

Quejas Improductivas


Nadie es profeta en su tierra, reza el dicho popular. Cuando la tierra en cuestión es España la afirmación cobra un tamaño descomunal. En España somos expertos en quejas improductivas, deporte que practicamos desde hace muchos siglos, al contrario que nuestros envidiados vecinos galos. Por eso las ideas de la Revolución Francesa llegaron tarde aquí y se desarrollaron mal (ó quizás todavía no han llegado del todo). Pero el tema del estado cortijil con gobernantes de izquierdas que viven 150 años atrás y gobernantes de derechas que viven 500 años atrás no es el de este post. Hablaba antes de reconocimientos. Para poder reconocer, sin embargo, es preciso primero conocer. Y aquí no se reconoce a nadie que antes no haya reconocido el mundo. Y aún así, en algunas ocasiones se desconoce absolutamente todo lo que se aparte de la cultura popular ó el deporte (con todos mis respetos para ambas actividades). El pasado 25 de septiembre falleció en su ciudad natal la mayor exponente del pianismo en España (y una de las mayores en el mundo) de la segunda mitad del S XX, Alicia de Larrocha. Los medios españoles apenas le dedicaron los espacios mínimos de rigor. Aparentemente, todo el interés “musical” del momento estaba centrado en la trama de los ladronicios de Félix Millet y su Fundació Palau de la Musica-Orfeó Català. Los políticos asistieron a los actos fúnebres con aspecto de no saber muy bien a quién honraban (se dió la explicación de que lo hacían así porque la finada poseía la Creu de Sant Jordi -como el propio Félix Millet-). El New York Times, sin embargo, dedicó a la pianista fallecida toda una página de su edición del día 26, así como The Guardian y otros importantes rotativos internacionales. La noticia también apareció en la versión inglesa de varios portales de Internet (las versiones españolas siguen más interesadas en el tamaño de las tetas de ciertas artistas y temas similares). Aunque a muchos ciudadanos españoles (y a la mayoría de los políticos entre ellos) les parezca mentira, la música todavía cuenta en muchos rincones del mundo. En nuestras latitudes se sigue considerando un divertimento menor que sirve de excusa para el encuentro de los elementos de la llamada “sociedad civil”. Lamentable.

3 comentarios:

Juan Francisco Caturla Javaloyes dijo...

Hola Carles,

suscribo totalmente tu queja, y que conste que, por desgracia yo no tengo tu habilidad para tocar el piano.
En este país, los documentales de la 2 son para dormir la siesta y los programas educativos como Redes, los emiten a la hora que se merece su audiencia, que son las 4 de la mañana. En España, es mucho más importante saber si Cristiano Ronaldo se peina con la raya a la izquierda o a la derecha, que la vida, obra y muerte de Alicia de Larrocha.
Pero esto me lleva a un abatimiento mucho más profundo derivado de que la música no es un divertimento menor, sino que forma parte de la Historia de un territorio. Y en España, estamos olvidando nuestra Historia y nuestra identidad para convertirnos en criaturas espectrales a expensas del marketing publicitario.

Agustín S. A. dijo...

Querido Carles:

LA cultura y el arte en este país nunca ha interesado. Menos aún en nuestros días de mercadotecnia y estupidez.

De todas formas es bueno que fuera reconozcan a los buenos artistas. PQ los pocos q son reconocidos aquí son mediocres amancebados por el sistema.

Un fuerte abrazo.

carles p dijo...

Gracias por vuestros comentarios...siempre consuela el hecho de tener buenos compañeros de viaje.

Un abrazo.