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viernes, 8 de marzo de 2013

Detritus


                        En estos momentos en España no se puede abrir un periódico sin que te vengan náuseas. La razón principal de mis náuseas no es la información sobre todos los casos de corrupción (que también las provocan), sino el hecho de que la sociedad necesite consumir tales dosis de detritus informativo. La prensa se sitúa así a la misma altura que la media de la ciudadanía: información-basura para una sociedad-basura. Hace unos años apuntaba a dos profesiones clave para medir la salud social: los maestros y los informadores. Los maestros ya no acompañan en la maduración sino que tienen que lograr meter a toda la realidad que los envuelve dentro de las restringidas normas y guías que alguna entidad burócrata muy satisfecha por su trabajo les entrega periódicamente. Los periodistas ya no informan, analizan, debaten, opinan ni polarizan. Simplemente han dejado que el amarillismo se extienda de forma natural. Algún día alguien tendrá que decir que en los momentos de crisis y crecimiento evolutivo la involución es el peligro principal porque la regresión se llega a hacer algo natural. Señores periodistas: no ensucien cada día sus publicaciones con detalles escabrosos sobre lo que hacen unos personajillos sin ningún interés real para la evolución de la sociedad. Simplemente felicítense cuando tales personajillos estén entre rejas como un triunfo de la conciencia y la justicia sociales.

2 comentarios:

Lluís P. dijo...

Fratello,

Aunque soy consciente de que el núcleo de tu reflexión es la falta de profesionalidad de maestros y periodistas, por las razones que muy bien indicas, creo que el problema de los “personajillos” que tú denominas es su total IMPUNIDAD frente a la justicia. De mangantes de cuello blanco hay en todas partes, pero mientras que en otros países se les mete en chirona después de un juicio justo que se celebra en un tiempo prudencial, aquí campan por sus aires esperando una sentencia que tardará años en dictarse, especulando además con la posibilidad de que su delito prescriba con el tiempo y cobrando indecentes sumas de dinero por aparecer en el ínterin en los medios de comunicación amarillos para satisfacer al morbo del populacho. ¿Para cuándo los maestros enseñarán a sus alumnos que hay que saber apagar la tele ante tanta basura y que es mucho mejor leer un libro? ¿Para cuándo los periodistas rechazarán a sus chivatos que nutren de rumorología barata las columnas de los periódicos y volverán al análisis crítico que fuerce a pensar a sus lectores? Mucho me temo que tardaremos generaciones en reconducir el asunto, y quién sabe si no deberemos incluso alegrarnos de que las aguas vuelvan a su cauce sin que entretanto no se produzca ningún conflicto social grave.
Saludos,

fp

carles p dijo...

Fratello,

Ya lo decían hace muchos años: "los pueblos tienen los gobiernos que se merecen". Yo no lo enunciaría de manera tan intimidatoria. Diría que tienen los gobiernos que les corresponden.
Una aclaración: en el post no culpo a maestros ni periodistas, sino a las tenebrosas fuerzas que los mueven y controlan.
saludos
fp