-¿Qué me dices? ¡¡No me lo puedo creer!!
-Que sí,
hombre, que sí. ¡Baja de una vez de tu nube y pisa ya la realidad
cutre-salsichera!
-Y si no bajo ¿qué
pasa?
-Pues que no
formas parte de esa cutre realidad…
-Definitivo: ¡no
bajo!
-También tiene
sus ventajas…. Además puedes subir y bajar cuando lo desees.
-Seguro?
-Mientras
tengas capacidad de autocontrol sí. Después….
-Bueno: bajo
un rato y luego me vuelvo.
-Vale!
-Repíteme lo
que me acabas de explicar, ¡te lo ruego!
-Pues
exactamente lo que te decía. En el lugar en donde trabajo las personas que
acceden a posiciones relativamente altas en el organigrama se ven sometidas a
un tercer grado hasta que no resisten más. Entonces se las liquida si es que no
han abandonado antes la lucha. Y aun así….¡¡hay cola para acceder a tales
posiciones!!
-Bueno; esto
corrobora la volubilidad de la naturaleza humana: todos piensan que a ellos no
les pasará esto.
-O más simple
aún: no piensan nada. Solamente están programados para trepar pero nada más.
-¡O sea que
estamos como en la Edad de Piedra!
-En algunos
aspectos sí….aunque piensa que a nivel evolutivo, la edad de piedra está a
cuatro pasos de aquí….
-A nivel de
evolución biológica sí, ¡pero a nivel de evolución cognitiva no!
-Quizás….
-Entonces
dime, amigo, ¿qué es lo que mueve a los humanos?
-Pues quizá las
necesidades que jerarquiza la pirámide de Maslow…
-El problema
es que cada vez más humanos se quedan en el primer peldaño, el básico. Comida,
bebida, aire, sueño, sexo y pocas cosas más…
-¿Pocas cosas?
¡No! Los personajes de los que te hablaba tienen necesidades más allá de las
fisiológicas. Necesitan mandar sobre los demás, trabajar lo mínimo, ser muy
visibles (cuando se reparten medallas; invisibles cuando vienen los castigos),
recibir adulación,…..
-Bueno; todo
esto caería dentro de otros niveles jerárquicos como la estima, la pertenencia
al grupo, la seguridad…
-Sí, pero en
su versión putrefacta!
-Ya sabes como
pienso sobre todas estas cosas: frente a la erótica del poder….la orgásmica del
desobedecer!!
-Si, pero con
finura…
-¿Como?
-Lo que más
molesta a los humanos –tanto a los que te describía como al resto- no es que se
nos desobedezca sino que se nos plante cara.
-Por tanto,
desobedecer, pero con estilo, tiento, nocturnidad y alevosía...
-Claro.
Ofreciendo batalla lo único que se consigue es el fútil desgaste de ambas
partes. Y además, ¿no nos roban nuestra dignidad? Pues ¡respondámosles con la
misma moneda!
-Pero…¿tú te
puedes creer de verdad que cuando enseñan la zanahoria podrida colgando del
palo la mayor parte de la gente la persigue como si fuera una zanahoria
perfectamente tierna y apetecible?
-¿No lo has
visto ya muchas veces? ¡Respóndete tú mismo!
-¡Están locos
esos humanos!
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