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martes, 25 de octubre de 2022

Lamento

 


           ¡Pobre blog! Tiene pinta de estar olvidado. Después de más de dieciseis años de actividad -reconozco que en progresiva disminución- se ve ahora un poco achacoso. Al margen de los motivos personales cabría preguntarse cuales son las causas por las que un blog envejece. Y también, especialmente, por la conveniencia de su desaparición o, eventualmente, de su preservación. Parecr ser que hoy por hoy el blog es un formato de comunicación ya obsoleto, demodée. Al mas o menos extenso, más o menos reflexivo post ha sucedido el telegráfico, a menudo epidérmico y demasiadas veces simplificativo y excrecente tweet. Esa es la razón por la que los políticos, que no tienen tiempo para profundidades y necesitan de un instrumento fácil, rápido, accesible y eficaz, son asiduos de tweeter. Por el momento no pienso pasarme a esta plataforma (quizás lo haga cuando aparezca el koan tweeter, cosa que por otra parte cualquiera puede inaugurar). Es por ello que lo que toca ahora es recordar, alimentar y mimar al viejo blog, un agradecido compañero de viaje.