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sábado, 22 de marzo de 2025

Oberturas

 


      En la década de los 1980s los directores de escena operísticos introdujeron una costumbre que hoy en dia, si bien atenuada, todavía perdura: la de escenificar los fragmentos musicales que preceden al alzamiento del telón. Tales fragmentos se extienden ampliamente a lo largo de la cronología del género, desde la toccata inicial del mismísimo L'Orfeo monteverdiano hasta los homenajes a dicha pieza (en The Rake's Progress o Le Grand Macabre), pasando por introducciones barrocas y oberturas clásicas y románticas después reducidas a preludios y más tarde desaparecidas. El espacio que ocupan dichos fragmentos no es un espacio sinfónico abstracto como el que habitan las obras de la gran arquitectura musical tales como la Ofrenda Musical o las Variaciones Diabelli. Pero evidentemente tampoco es el espacio escénico en el que tiene lugar la acción dramática. Es un metaespacio subsidiario del espacio escénico pero diferente de él, aunque invita a visitarlo a continuación. Un poco como la cámara intermedia que se interpone entre el exterior y una sala aislada de la contaminación. Este metaespacio promete, introduce o resume una historia que después tiene lugar en el espacio escénico. No lo ocupan músicas literarias, como los poemas sinfónicos, sino músicas para-escénicas. Es un espacio muy sutil, a menudo mágico y siempre sugerente. Es un espacio para el recreo de la imaginación, que sugiere pero nunca connota. Es por eso que abrir el telón antes o durante su ejecución constituye un pecado artístico. Si el telón se abre para mostrar cómo Lohengrin asesina a Gottfried, como sucede en la recién estrenada versión de Katharina Wagner, el pecado lleva ribetes de la vulgaridad más provocativa...

lunes, 3 de marzo de 2025

Bucle Acelerado

 


        La imbecilidad, cultivada de forma acelerada durante las últimas décadas, ha florecido de forma universal para gran regocijo de muchos. La presente versión de la imbecilidad, además, se inocula y  reproduce de forma viral, con impresionantes crecimientos de progresión geométrica. Es difícil escapar a su contagio y hacen falta ciertas máscaras intelectuales para mantenerse en pie mientras se está sometido a su continuo bombardeo. Las máscaras intelectuales están basadas, claro está, en creencias; creencias firmes pero siempre flexibles, aunque nunca de quita y pon. Lo que está sucediendo en la geopolítica mundial no tiene otra explicación que la conjunción de la creciente debilidad moral por parte tanto de explotadores como de explotados (roles ambiguos ambos) sumada a la imbecilidad, cultivada de forma acelerada durante l ......

sábado, 22 de febrero de 2025

Presagios

 


        En sus primeros años de vida,  este blog analizaba con la esperanza de que las cosas se arreglasen desde la perspectiva de una ampliación de conciencia, a través de una evolución paulatina hacia la complejidad. Lo que ahora tenemos ocasión de observar es que desde entonces hemos involucionado, y lo seguimos haciendo de manera acelerada, a estados crecientemente primitivos. La revuelta de la ignorancia militante; un mal que, en ausencia de un marco unificador, toma su relevo infectando a amplios segmentos de la población cual nefasta pandemia crece sin cesar. Las esperanzas de salir adelante sin tener que pasar por un doloroso revulsivo se desvanecen también de forma acelerada, y cada vez parece más difícil alejar de nosotros la catástrofe. Mientras una parte de la población se pregunta que cómo hemos podido llegar hasta aquí otra parte, si no más abundante sí más estrepitosa, sigue danzando orgiásticamente alrededor del volcán, sin apenas darse cuenta de que puede despertarlo en cualquier momento. Las causas (pertenezco al primer grupo) son, como siempre, complejas y multifactoriales, pero en última instancia se relacionan con los aspectos más miserables de la naturaleza humana. La falta de cultivo del cuerpo, el alma y la mente generan un malestar que, ciegamente, crece y degenera en un indiferenciado y estéril sustrato. El ciudadano medio actual ya no confía en un futuro mejor y, por ende, en una evolución personal conseguida a base de esfuerzo y dedicación. Prefiere procastinar con un smartphone entre los dedos mientras se entrega a cualquier nadería cuando menos  fútil y decididamente tóxica en muchas ocasiones. Cada vez se necesita más valor para permanecer mínimamente sereno sin perder por ello la conciencia de la situación. La sensación de no poder hacer nada por evitar el colapso (o recibir un castigo por intentarlo, cual moderno Laoconte) está íntimamente ligada a la transmisión virial del malestar y la ceguera. La terrible asunción de la falsa democracia -esa que se nos aparece en cada esquina en forma de (falso) cuestionario de satisfacción- confunde la igualdad de voto con la igualdad de opinión, haciendo romo cualquier intento de crecimiento y un árido desierto de lo que normalmente se entendía por  sabiduría. El conocimiento habla, la sabiduría calla, pero la largamente cultivada estupidez grita cada vez de forma más ensordecedora.

viernes, 3 de enero de 2025

2025

            Una vez más debo lamentar la poca actividad que presenta el blog; esta vez llegando a récords históricos. Muchas son las razones de tal olvido. Una de ellas puede ser la planificación del curso que empiezo a impartir este mes:


A pesar de todo, ¡mis mejores deseos para este año 2025 que acaba de empezar!