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martes, 6 de marzo de 2012

Modas

    Todos sabemos que las modas en el vestir van y vienen. Y aun retornando periódicamente, algo siempre se deja por el camino y otro algo siempre se incorpora. De esta manera, además del movimiento circular se introduce una evolución temporal diríamos en tercera dimensión y el pretendido círculo deviene una espiral. Y en Occidente –supongo que también en otros contextos- la indumentaria femenina siempre ha sido la protagonista de tales devaneos y polaridades. Por mucho que bajaran las temperaturas medias en la Edad Media respecto a la Edad Antigua no llegarían a justificar las diferencias entre las ligeras vestiduras propias del mundo greco-romano y las espesas capas usadas seiscientos años más tarde en las mismas zonas geográficas. Quizás la tendencia vino marcada por las civilizaciones bárbaras del más gélido norte europeo, pero seguro que también hubo algo más. Y este algo más se volvería a repetir en el S XIX, cuando desaparecieron los generosos escotes que exhibían impúdicamente los bustos de las mujeres de clase alta del Ancien Règime. Y ese algo hace referencia al misterio de lo oculto. La presencia de las carnes grecoromanas, renacentistas, rococós y de los años veinte del S XX contrasta con las veladuras y ocultamientos medievales, barrocos y románticos. Estoy describiendo algo más que modas y modos de vestir, porque modas y modos de vestir forman parte de toda una weltanschauung. ¿No tuvo lugar durante el medioevo y el XIX la persecución del “eterno femenino”, ya fuera en la forma simbólica de Santo Grial o en otra cualquiera? El vaivén siempre corresponde a un aparente dualismo: presencia/búsqueda, acto/potencia ó realización/proyecto.

8 comentarios:

Juan Francisco Caturla Javaloyes dijo...

Hola Carles. Hace tiempo que no dialogo contigo a través de tu blog y no es porque no tenga ganas sino más bien por ciertos factores ambientales que consumen bastante de mi tiempo. Pero esta entrada me ha gustado, como tantas otras de las que entiendo, y me he decidido a hablar.
Así que la opinión que has despertado en mi después de leer tu entrada es que La corriente evolutiva principal supura por los poros de la superficie de la realidad y se manifiesta en cosas, aparentemente tan intranscendentes, como el escote que lucen las mujeres. ¿Quiere eso decir qué un buen observador como tú podría ser capaz de interpretar multitud de signos y señales superficiales que bien interpretados diagnosticarían que es lo que se mueve en las profundidades?
¿Quiere eso decir que él que conozca el lenguaje de los signos (símbolos) podría influir subrepticiamente en el discurrir del pensamiento humano?
Y ahora perdóname por abusar y pedir más,¿podrías poner otro ejemplo donde lo profundo aflora a la superficie en forma de gracioso fenómeno mundano?
Es que bien mirado, es como cuando descubres un truco de magia y por eso engancha un poco.
Un abrazo,
Joan

Lluís P. dijo...

Carles,
Si Joan pregunta, yo también: según tu parecer ¿en qué aparente dualismo nos encontramos en la actualidad? Si tenemos en cuenta que hoy en día la carne que se enseña por la calle haría palidecer a las matronas grecorromanas, ¿no estaremos en la fase “aquí te pillo/ aquí te mato”? Desde luego, de ocultamiento, nada de nada, que la pieza de ropa interior tipo “tanga” tiene su etimología en el verbo “tangar”, engañar, estafar, porque precisamente de cubrir, no cubre ni los malos pensamientos. Su vertiente masculina la hallamos en los tejanos cuya cintura empieza allí donde la espalda pierde el nombre, o más abajo incluso, con la consiguiente dificultad en el andar adolescente, más parecido al de un pato diarreico que al de un apolíneo joven.
Encuentro a faltar las pecas de la época de Luis XV, que dicen que tenían sus cajas expresamente decoradas para la fácil identificación de su contenido. ¿Por qué no reintroducirlas de nuevo en plena era digital? Por descontado que el facebook pecoso tendría un morbo que ni te cuento, enseñando por un lado la peca en la mejilla y proponiendo al amigo aceptado a tu cuenta que adivinara dónde se encuentra la que se oculta en su cuerpo… Si es que, desengañémonos, es y será siempre mucho más divertido y atractivo lo sugerente, la curva velada, el sexo insinuante que tanta playa-escaparate con cueros al sol que más calienta.
Gracias por tu siempre interesante blog,

Lluís

carles p dijo...

Joan,
Pides para nota!! Evidentemente creo en una correspondencia entre lo más profundo y lo más superficial. Otra cosa es que a través de lo superficial se pueda influir (subrepticiamente, como dices tú)en lo profundo. Yo, por mi parte, me dedico solamente a encontrar relaciones dentro de un gran entramado orgánico. Lo siento, ahora no se me ocurren otros graciosos fenómenos mundanos conectados con la profundidad. Solamente añadiré que las épocas que ocultan los encantos femeninos también dan lugar a largas cabelleras y barbas masculinas (las épocas "románticas" de la Edad Media, Barroco, S XIX)que las épocas clásicas (Antigüedad grecorromana, Renacimiento, Rococó y primera mitad del S XX)tanto odiaban.

Gracias por hablar; otro abrazo

carles p dijo...

Lluís,
Hoy día estamos un poco en la orilla de la dialéctica que he descrito. La postmodernidad lo mezcla todo con un afán de antievolución. Hoy conviven el tanga y la burka y nada es representativo porque nos falta una matriz que paute un desarrollo. Buena parte de las que llevan tanga ó burka lo hacen sin tener una clara idea de por qué lo hacen. Lo de las pecas en Facebook...proponlo y en pocas horas te harás famoso por 3 dias!!

¡Gracias por tus siempre sugerentes comentarios!

Anónimo dijo...

Hola, caballeros: (los que participáis en este especial debate). Hay un aspecto de la cuestión que a mí, como mujer,me llama la atención de modo especial, y es el doble rasero con que las chicas y no tan chicas de hoy muestran sus escotes de vértigo.Los exhiben...pero no soportan que los miren;se ponen ahí una mano púdica si un caballero se queda hechizado.¡ y como no lo haría! Es decir, se sienten libres de enseñarlo pero niegan a los demás el derecho a ver algo que ellas no ocultan.
En esta superficie banal aflora el dilema actual sobre derechos y deberes, libertades propias y
ajenas...
Et bien, cachez ce sein que je ne saurais voir....
Rosa.

Juan Francisco Caturla Javaloyes dijo...

Muchas gracias Carles por tu paciencia. La verdad es que te tengo en una categoría que se acerca más a lo divino que a lo humano, y claro, te quiero usar como oráculo y preguntarte cositas tan sencillas como quienes somos, de donde venimos, a donde vamos…
Y sabes qué, a pesar de que el oráculo no lo sepa todo, siempre tienes una golosina de sabiduría para mi.
Un abrazo.

Joan

carles p dijo...

Juan,

¡Bájame de nuevo a la categoría de humano, que estoy más cómodo! Las respuestas a tus preguntitas, ya sabes, pueden ser de lo más variado, desde las más superficiales a las más hondas, pasando por las más angustiosas y las más peregrinas, ¡y todas son ciertas!. Somos unos animales muy especiales, con un grado de conciencia elevado, somos procesos evolutivos, tanto materiales como anímicos. Probablement no venimos de ningún sitio y no vamos a ninguna parte: siempre estamos aquí (eso dicen los iluminados). Las golosinas de sabiduría son simples espejitos que reflejan tu propio interior, ¡casi nada!

Otro abrazo

carles

carles p dijo...

Rosa,

La esquizofrenia que describes forma parte de nuestro modo actual de vivir. El miedo a parecer anticuadas unido al miedo a la madre superiora (o, en lenguaje freudiano, los conflictos entre el id y el superego).

Une étoile caresse le sein d'une négresse.

Carles