Cualquier
manifestación colectiva denota un trazo cultural, desde la gastronomía al arte,
desde las fiestas populares a la poesía, desde la actitud frente a la
colectividad hasta la actitud frente a las desgracias. Y la actitud frente a
las heces no escapa a este esquema. Las heces son parte del subproducto que un
organismo animal genera a partir de su metabolismo y forma parte de un sistema
mayor que incluye los procesos físico-químicos que la vida genera y mantiene, y
que a su vez, mantienen la vida. Parece evidente que tales desechos no sean
útiles a la misma especie animal que los genera, aunque puedan serlo para
otras. En el caso humano (como sucede sin duda para otros animales) las heces
pueden ir acompañadas de patógenos y, de forma natural, contienen elementos que
las hacen desagradables a la especie que las genera (aunque, como ya he
indicado en una ocasión, el elemento odorífero puede, en otras ocasiones,
resultar atractivo bajo otro punto de vista). Este aspecto es cultivado desde
la infancia, generando en el niño un disgusto hacia los excrementos que cumple
una función protectora pero a la vez los equipara con lo indeseable, lo que
nunca debe de estar alrededor de uno….sin recordar que somos nosotros los que
generamos tal producto. Históricamente los occidentales se han sorprendido por
los usos evacuatorios de otras culturas, como la árabe o las orientales, que hacen
uso del agua para la limpieza post-evacuación, tildándolos incluso de
primitivos o bárbaros. Es aparentemente mucho más bárbaro aplastar los
excrementos contra el ano con un trozo de papel que después se frota contra la
misma zona. El tema también se suele situar en la zona del sarcasmo y la
parodia, como en la tradicional figura del pessebre
o belén catalán, la del caganer. I és que en això d’evacuar lluita de classesno n’hi ha!!
2 comentarios:
Fratello,
después de releer tu entrada con una pinza en la nariz (entiéndase como homenaje al efecto conseguido por tu texto), me gustaría que me dieras tu opinión respecto a un hecho que me llena de desasosiego: en la especie humana y en ambos sexos, ¿por qué está el ano tan cerca de la zona erógena por autonomasia? ¿Estamos ante un grave error del Sumo Ingeniero?
Hala, doy por iniciado el debate,
fp
Fratello,
Respecto a tu curiosidad sobre la proximidad de las zonas anatómicas sobre las que los humanos acostumbran a proyectar sus vergüenzas se impone la visión epigenética evolutiva, que siempre tiende al máximo ahorro. Quizás lo más curioso del caso es que la naturaleza ha reunido en un solo aparato las funciones urinarias, reproductivas y generadoras de placer. La posición que ambas zonas ocupan, por otra parte, se sitúa, de acuerdo con las simbologías orientales, en la zona de los chakras inferiores, los más anclados a la tierra. De este modo habría tres grandes regiones en nuestro organismo: la cabeza (que se correspondería con el neocórtex), el tórax, que contiene el corazón y los pulmones, y se correspondería con el sistema límbico, y el abdomen que se correspondería con el cerebro reptiliano. Curioso también?
Siga el debate,
fp
Publicar un comentario