Vistas de página en total

lunes, 31 de julio de 2017

Reacción



              Los paradigmas evolutivos contemplan fases en las estructuras de conocimiento que se desarrollan y se suceden de forma más ó menos abrupta. Estos patrones se pueden considerar de forma individual (Piaget, Kohlberg, Erikson) o bien de forma colectiva (Gebser, Aurobindo, Wilber). Así el niño se desarrolla atravesando las diferentes etapas que de alguna manera son como una versión resumida y a gran velocidad de lo que ha acaecido con la humanidad a lo largo de milenios. Cada etapa de desarrollo posee varias fases, siendo las primeras de ellas disruptivas respecto a las etapas anteriores, es decir, que rompen con ellas, las segundas consolidativas o constructoras de un sólido edificio, y las últimas involutivas, que impiden una ulterior evolución. En esto también siguen las fases habituales del desarrollo de una nueva idea: revolución/construcción/reacción. Según algunos de los modelos de evolución cognitiva nuestro presente atraviesa una fase de auténtica reacción. La racionalidad se ha negado desde hace años a verse extendida. El grueso de la sociedad cree a pies juntillas que la realidad –única y dura- es exclusivamente racional. Por culpa de esto las racionalizaciones han ido apareciendo por doquier y estamos creando hiperrealidades fabricadas a la medida de nuestras creencias, con lo que frenamos cualquier desarrollo ulterior. Por desgracia, una buena parte de los que luchan contra las racionalizaciones lo hacen utilizando la pre-racionalidad como arma, y eso los sitúa –sin que se percaten de ello- dentro del grupo de los involucionistas, todavía más primitivo que el de los reacionarios (la famosa falacia pre-trans de K. Wilber). El mundo es racional, pero también menos que racional y –más difícil aun de entender- más que racional. La racionalidad racionalizante niega al mundo simbólico –el de los mitos- carta de existencia, sin darse cuenta de que las posibles futuras realizaciones pueden llegar a hacer lo mismo con la racionalidad. La racionalización siempre crea dos categorías antitéticas: lo verdadero y lo falso. Lo que no es uno es lo otro. La racionalidad comparte, sin embargo, un aspecto con el mito y también con la magia: proyecta todas nuestras percepciones/creencias/elaboraciones más allá de nosotros mismos. El paso de la racionalidad a la trans-racionalidad está ligado al reconocimiento de nuestras proyecciones; a nuestro concepto de objetividad. Cuando extraemos una razón y la enviamos al “espacio objetivo” estamos contribuyendo a reforzar la ilusión que mantiene este “espacio objetivo”. Un poco como la ilusión del extraño bucle que mantiene nuestro “yo” invariable por largos períodos de tiempo durante los cuales no advertimos los cambios que nuestro organismo cuerpo-mente sufre y que lo asemeja más a un proceso que a un objeto. Cuando comprendemos que esa razón lanzada “fuera de nosotros”, si bien se ha hecho inter-subjetiva, sigue ligada a nosotros, es cuando entramos en la trans-racionalidad. Hace muchos años que las racionalizaciones, subproductos decrépitos de la racionalidad, nos impiden avanzar de forma efectiva a lo largo de la evolución del conocimiento. Las racionalizaciones hacen referencia al “mito de la racionalidad”, no a la racionalidad misma. Ello desentraña la supuesta paradoja enunciada por J. Saramago, de que “utilizando únicamente la racionalidad hemos llegado a la sociedad más irracional que uno pueda imaginar”. 

6 comentarios:

Lluís P. dijo...

Fratello,

ruego te extiendas un poco más en el significado del siguiente párrafo: "El mundo es racional, pero también menos que racional y –más difícil aun de entender- más que racional. La racionalidad racionalizante niega al mundo simbólico –el de los mitos- carta de existencia, sin darse cuenta de que las posibles futuras realizaciones pueden llegar a hacer lo mismo con la racionalidad."
Seguro que tu explicación arrojará bastante luz a un texto que, de entrada, me ha parecido de lo más abstruso que has colgado.
Saludos,
fp

carles p dijo...

Hola fratello,

Con esta estentórea frase simplemente intento explicar que la racionalidad es una manera de percibir el mundo. Una manera más evolucionada que la mítica, que a su vez es más evolucionada que la mágica. Que no es LA manera sino que hay formas más evolucionadas tal como hay formas menos evolucionadas. Y que en cuanto creemos que es LA forma es cuando frenamos el flujo creando racionalizaciones. La mística consistiría así en la percepción de que el mundo ES.
No sé si me explico...de hecho en este blog siempre vengo a decir lo mismo...
saludos de vuelta
fp

Anónimo dijo...

Hola Carles:
Leyendo este último comentario lo primero que me viene a la imaginación es un grabado de Goya...obviamente "El sueño de la razón produce monstruos". En una primera lectura, parece que la razón inhibida propicia la aparición de cosas desmesuradas, pajarracos amenazadores por ejemplo.
Me gusta más pensar que ese sueño es más un descanso y una liberación, que lleva a mayor libertad, a una comprensión de lo que ES(monstruos incluidos), que facilita la apertura a cosmogonías inéditas, o por lo menos, irisadas con matices inesperados.
Un saludo, maestro.
Rosa.

carles p dijo...

Hola Rosa,

Exacto. Para los románticos el sueño de la razón produce monstruos porque el Romanticismo es un movimiento que, negando la razón ilustrada, no va más allá de ella sino que más bien involuciona y entra en terrenos pre-racionales. La diferencia entre la pre- y la post-racionalidad? Pues que la última no va en contra de ella sino que invita a un viaje más allá, como dices tú, y que no puede ser totalmente explicado en términos racionales, mientras que la primera, vista desde la perspectiva racional....produce los famosos monstruos.
Un abrazo
Carles

Lluís P. dijo...

Fratello,
gracias por tu comentario, me ha sacado de dudas.
Sin embargo, ¿podemos hablar de evolución al pasar de lo mágico a lo mítico, y de éste a lo racional? ¿Se trata simplemente de una evolución en el tiempo, es decir, por orden de aparición? ¿Puedo quedarme con una percepción de la realidad del tipo mítico sin tener en cuenta ni lo mágico ni lo racional?
Prometo no hacerme más pesado, saludos.

fp

carles p dijo...

Fratello,

No te haces pesado. Ya sabes que este tema me interesa y cualquier comentario, argumento o duda es bienvenido.
La evolución se despliega, como bien dices, a lo largo del tiempo. De hecho es una medida del tiempo. Por tanto, en el orden de aparición. Depende del modelo que consideres las características de los estadios varían. Según el modelo de Jean Gebser (hace pocos años ha aparecido la primera traducción al castellano de su monumental "Origen y Presente" que te recomiendo calurosamente) cada etapa superada "transparenta" y sedimenta, siendo el estadio más avanzado quien toma las riendas. Esto no quiere decir que gente que se mueve en estadios racionales no se deje atrapar por estructuras anteriores (los kamikazes que se matan matando a cambio de una mítica recompensa, por ejemplo). Cada estadio puede ser objetivizado (mataposicionado) desde estadios más avanzados, pero no desde estadios anteriores. Cada estadio pasa por diferentes subetapas, siendo la última de negación de ulterior evolución. Por eso la propia racionalidad puede convertirse en un mito (lo que hacen las racionalizaciones) cuando esta estructura se niega a seguir evolucionando.
Totus tuus,
fp