La Postmodernidad ha comprendido que todas las perspectivas son, en última
instancia, construidas, y se ha lanzado a de-construirlas, sin apercibirse que
el fondo neutro contra el que las enfrenta es, a la postre, un constructo más.
Es por ello que la Postmodernidad y la evolución, es decir, la temporalidad,
están en realidad bastante reñidas. La Postmodernidad aisla sus objetos del
contexto (especialmente del temporal, que tiende a espacializar) en que están
subsumidos creando así el fondo neutro –que esconde a su vez una inconsciente
perspectiva- a que me refería. La Modernidad creaba una perspectiva –la de Occidente, término bastante sinónimo al de
Modernidad- a la que consideraba en última instancia lo que más tarde Lyotard
relativizó denominando Grand Narrative.
La etapa final de la Modernidad –la primera mitad del S XX- inventa nuevas
perspectivas (la Relatividad General, el Cubismo, la Mecánica Cuántica, la
Música Dodecafónica) que suponen un cambio cualitativo, un ascenso dimensional.
Una de las grandes cuestiones de la humanidad se puede resumir con las
preguntas: ¿Es acumulativo nuestro saber? ¿Reemplazan las nuevas ideaciones a
las antiguas?; ¿las hacen obsoletas? La respuesta más afín a mi sentir es que
nuestro saber no es una categoría aislada (desde la perspectiva de Dios, como decía H Putnam) sino el fruto de un
contexto y una relación. Los contenidos del saber modelan este contexto y esta
perspectiva, redibujándola. Una de las características más notables de la
modelización evolutiva de sistemas consiste en la gestión de sus etapas pretéritas.
El sistema de Ptolomeo es mucho más local y limitado que el de Newton y éste lo
es a su vez mucho más que el de Einstein. Ninguno de ellos puede tildarse ni de
‘verdadero’ ni de ‘falso’. Verdadero y falso son categorías resultantes fruto
de una comparación, de un representacionalismo (¡Otra vez la perspectiva de
Dios!). Las etapas pretéritas de nuestro conocimiento de la Naturaleza, de
nuestro arte o de nuestra filosofía no pueden ser, por tanto, sujetos de
comparación directa con una “realidad previa” sino que solamente pueden ser
“comparados” (que tampoco es el verbo correcto) entre sí. Y esta comparación nos
muestra una evolución en nuestra manera de pensar marcada por los ascensos
dimensionales (desde la magia monodimensional pasando por el mito bidimensional
y la razón tridimensional -la Modernidad- hasta el aperspectivismo
tetradimensional que se está intentando abrir desde hace muchos decenios). ¿La
gran trampa de la Post-Modernidad? Pues creer que el mundo, visto desde la
perspectiva tridimensional, es percibido tal cual es en realidad (la perspectiva
de Dios de Putnam, el mito de lo dado de Sellars) y toda evolución
sólo puede significar un agregado cuantitativo a este contexto absoluto.
2 comentarios:
Fratello,
El quid de la cuestión es la palabra “absoluto”, que deberíamos utilizar con muchísimo tiento, especialmente cuando hablamos de evolución (o conocimiento en general).
Destaco la frase siguiente: “Una de las características más notables de la modelización evolutiva de sistemas consiste en la gestión de sus etapas pretéritas.” Más adelante me ha llamado la atención el párrafo siguiente: “Las etapas pretéritas de nuestro conocimiento de la Naturaleza, de nuestro arte o de nuestra filosofía no pueden ser, por tanto, sujetos de comparación directa con una “realidad previa” sino que solamente pueden ser “comparados” (que tampoco es el verbo correcto) entre sí.” Deduzco que sólo podemos “comparar” entre sí etapas pretéritas contemporáneas entre ellas, pero en ningún caso con sus predecesoras. Si he deducido bien, detecto dos problemas. El primero, la dificultad de utilizar el verbo “comparar”, que repites en este último párrafo con la apostilla “(que tampoco es el verbo correcto)”; quizás una aclaración por tu parte sería interesante para comprender mejor. El segundo problema es saber si la modelización evolutiva de sistemas gestiona bien las etapas pretéritas… o lo hace mal. Entiendo que si la evolución se entiende sólo como un “agregado cuantitativo a este contexto absoluto”, pues vamos mal y, consecuentemente, respondes negativamente a la pregunta del título de la entrada al blog (¿Acumulación?). Yo tengo mis dudas de si un nuevo paradigma en nuestro conocimiento de la Naturaleza se erige como tal sin tener en cuenta a sus predecesores, me parece que es muy difícil ser totalmente independiente en ciencia.
Mientras espero tu respuesta, te agradezco, una vez más, tus ensayos siempre seductores para ampliar nuestro horizonte de conocimientos.
Saludos,
fp
Fratello,
Cuando hablo de "realidad previa" no me estoy refiriendo a temporalidad sino a unas premisas fundacionalistas. Como si nuestros avances supusieran un acercamiento asintótico a tal supuesta realidad y observáramos por comparación como la distancia entre ella y nuestro saber se va reduciendo. Comparar entre diferentes etapas cuesta pero siempre es posible trazar metaposiciones capaces de contener ambas visiones. Modelos evolutivos hay muchos; algunos apilan espacios, otros los reemplazan y los que más me interesan (como el de Gebser) los mantienen presentes de forma silente. Es por ello que veo necesario tener en cuenta a los predecesores para poder avanzar.
Encantat de dialogar sobre aquests temes...
fp
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