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sábado, 26 de marzo de 2022

Precocidades

 


                La precocidad en cuanto a capacidades creativas es una característica que hallamos repetidamente a lo largo de la historia de la música. Seres con urgencia de crear a la misma edad en que sus semejantes están ocupados con juegos o con las primeras exploraciones del entorno. En algunas ocasiones estos menores acabaron conviertiéndose en maestros que han pasado a la posteridad mientras que en otras la cosa no acabó de cuajar y la precocidad resultó, a la larga, estéril o fallida. En algunas ocasiones particulares esta urgencia fue posteriormente acompañada por una frenética carrera y una muerte temprana. En alguna otra ocasión el fuego inicial supuso una suerte de climax que después fue siempre en descenso creativo. Me gustaria reunir qui algunos ejemplos de precocidad musical que siguen maravillándome:

-Wolfgang Amadeus Mozart comenzó a componer con cuatro años de edad. Aunque este dato llame ya la atención todavía se hace más notable el hecho de que a los ocho fuera capaz de escribir piezas de una perfección melódica y formal tales como las sonatas KV 10-15 para violin o flauta y teclado.

-Franz Schubert, quien murió todavía más joven que Mozart, demostró desde el principio una dotes extraordinarias para la canción, como lo demuestra su célebre lied Gretchenam Spinnrade, escrito con diecisiete años.

-Felix Mendelssohn, quien a diferencia de los anteriores compositores creció en un ambiente de abundancia (aunque no vivió muchos más años que ellos), escribió una de sus más sobresalientes composiciones, la Obertura para el shakespeariano Sueño de una Noche de Verano, con sólo diecisiete años, demostrando una fantasía y una habilidad orquestal poco comunes.

-Georges Bizet, futuro autor de la celebérrima Carmen, quien también murió joven (38 años), despuntó desde joven en el campo compositivo. La Sinfonia en do, escrita con 17 años durante sus estudios en el Conservatorio, fue redescubierta y estrenada casi 80 años más tarde y poco después sirvió de base para un célebre ballet de Balanchine.

-Ernesto Halffter escribió su Sinfonietta en re mayor con 19 años y recibió consecuentemente el Premio Nacional de Música a los 20. El drama de este discípulo de Manuel de Falla fue que a partir de este origen que tanto prometía, y a excepción de alguna otra composición, su obra fue declinando a la par que el neoscarlattismo que tanto en boga estuvo en los años 1920.

-Francis Poulenc escribió su primer gran éxito, el ballet Les Biches, a los 24 años. Quizás en 1924 esta edad correspondía ya a una primera madurez, al contrario que en la actualidad. La finesse de la música y la sutil orquestación, así como la sabrosa mezcla de nobleza clásica y gamberrada juvenil siguen hoy plenamente vigentes para paladares finos.

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