Existen artes que se desarrollan en el espacio, como las artes plásticas, artes que se desarrollan en el tiempo, como la música, y artes que se desarrollan en el espacio y el tiempo como la danza. Incluso hay artes que crean su propio espacio y tiempo, como el cine. Pero existe una forma artística que se desarrolla fuera del espacio y del tiempo, la poesía. Bien, lo que comúnmente se entiende por poesía como forma literaria. Porque el concepto de poesía (la poética) va mucho más allá y denota una cualidad presente en todas las manifestaciones artísticas y que se corresponde precisamente con su capacidad de trascender el lenguaje y sus asociaciones mentales. La poética se erige así como un potente elemento de unión con lo transmental, que por definición se nos aparece más allá del espacio y del tiempo, coordenadas necesarias de la estructura mental –o, como diría Kant, formas sensibles del conocimiento-. Podemos detectar poesía desde en un haiku japonés hasta en un filme de Buster Keaton, pasando por un lied de Schubert ó una representación del Cirque du Soleil. La poesía es algo así como un hermoso puente entre una ribera conocida y otra intuída. La mirada húmeda y sonriente de Cabiria al final del film de Fellini, los límpidos compases finales del Octuor de Stravinsky, la voz de Charles Trenet evocando los jirones del pasado en Que reste-t il de nos amours?, el baño del hipopótamo en Arien de Pina Baush, cada uno a su manera, destilan poesía, que nos transporta hasta la entrada del puente antes evocado. Para poder cruzar el puente, sin embargo, debemos ser capaces de dejar atrás la orilla conocida y lanzarnos para adelante sin ignorar los peligros que nos pueden acechar por el camino, como el canto de Circe...
1 comentario:
Hola de visita por aquí descubriendo tu maravillo blog, relamente bonito, recibe un energético saludo desde mi rincón!
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