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domingo, 20 de febrero de 2011

Reuniones

Cada vez se tiene más tendencia a planificar -y con ello a acotar- el futuro a corto/medio plazo. Sabemos ya en enero qué reuniones tendremos el próximo diciembre, con quién y los temas que se discutirán. Pensando un poco más (siendo creativos, dirían los falsos profetas de la psicología industrial), hasta las conclusiones a las que llegaremos. Y si me apuras un poco, hasta podríamos escribir ahora el acta del futuro meeting (solamente quedará por añadir la jerga de moda del próximo diciembre). ¿Es ésta la racionalidad de la que tanto nos enorgullecemos? Frente a este fascinante panorama solamente se me ocurren tres explicaciones: o somos unos comediantes de primera, o estamos bajo mínimos en nuestro proceso de evolución o estamos tan asustados que pretendemos no trascender el tiempo, sino detenerlo dentro de lo posible. Posiblemente las tres son ciertas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Carlos
Estoy leyendo un interesante ensayo de B. Craveri "La cultura de la conversación" y además creo que las comparaciónes no son odiosas,más bien son forzadas.
Así pues ,se me ocurre confrontar las actuales Reuniones con los
Salones del Ancien Régime (S.XVIII)
Deberían tener,unas y otros,una función civilizadora.
Pero lo que tú descríbes , que distinto de la osadía intelectual y espiritual de dichos Salones !
Donde ,bajo una exquisita dialéctica,TODO podía ser cuestionado.
Claro que la libertad encierra mucho peligros.
saludos Susana

carles p dijo...

Hola Susana,

Los salones del Ancien Régime -donde se gestó la Ilustración- son a las reuniones actuales lo que la música de Beethoven es a la música de ascensor, por poner un ejemplo basado en la relacionalidad. El miedo nos petrifica y nos impide no cuestionar, sino ya simplemente pensar en hacerlo.

Saludos