En el mundo de hoy (¿Cuál de ellos?) los roles masculino y femenino se han visto crecientemente repartidos entre ambos sexos, como un un ejemplo más de evolución integrativa. La masculinidad exacerbada de hombres y la feminidad exacerbada de mujeres es una situación más lejana al equilibrio y ha quedado más restringida a los círculos más conservadores y primitivos (como el mundo árabe tradicional y las series americanas para adolescentes). Desde el punto de vista psicológico, la masculinidad álgida se compensa con la feminidad álgida, mientras que una proporción más equilibrada de roles se complementa con el mismo tipo de substrato. Y las fuerzas de la reacción, claro está, han ido en contra de cualquier tipo de evolución, por miedo a perder algo y no recuperarlo en la misma forma. Precisamente este deseo de impedir la evolución natural de las cosas ha creado el mito del supermacho/superhembra (en los impresos oficiales de la España de hace solamente cuarenta años todavía se indicaba “sexo: varón/hembra”, extraña mezcla antropozoica). Y como desde el punto de vista más superficial la evolución de los roles sexuales parece favorecer únicamente a las mujeres el macho perdedor se bate en retirada ó en ocasiones se atrinchera en los espacios aludidos anteriormente. El creciente auge de la homosexualidad también puede relacionarse parcialmente con todos estos hechos. Frente a las teorías de poder/fuerza que han venido utilizando las feministas radicales, la visión de Ken Wilber (quien no se cansa de observar que si la dominación masculina hubiera sido el único elemento que ha impedido el despliegue feminista tal hecho sería indicativo de la supuesta memez de las mujeres) sobre la emancipación femenina –basada en el despliegue progresivo de la noosfera a partir de la biosfera- me parece infinitamente más plausible. Los valores femeninos, tradicionalmente restringidos a la relación doméstica, se han ido implementando también en la vida pública. Logos y Eros coexisten cada vez más en todos los individuos.
3 comentarios:
fratello,
la frase de Blaise Pascal sobre la nariz de Cleopatra, "Le nez de Cléopâtre : s'il eût été plus court, toute la face de la terre aurait changé» es quizás el ejemplo más antiguo de coexistencia de logos y eros. De acuerdo, suena a "boutade", pero Pascal era un filósofo muy serio...
fp
Hola Carlos
leyes como las de violencia de género,paridad,etc...aparte de ridículas , ¿ son machistas o feministas ?.
saludos
Susana
fratello,
Muy agudo tu comentario... Quizás fué la frase más frívola que pronunció Pascal, siempre dedicado a la matemática y la teología.
Susana,
Las leyes que citas no son ni una cosa ni la otra; son simples sublimaciones de cierto complejo de culpabilidad.
Saludos a los dos
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