Buena parte de las fuentes de problemas son de orden mental. Cuando resolvemos mentalmente, aceptamos mentalmente, nos relajamos mentalmente, nos integramos mentalmente,…. ya tenemos la mayor parte del trabajo hecho, puesto que solamente debemos esperar que el mecanismo correspondiente complete la acción, guiada ahora por un poderoso e invisible driver. Si solamente consideramos el mundo extramental nos quedamos con una imagen fragmentada, esencialmente incompleta y falta de alma propia. Hace poco vi una especie de documental en el que se hablaba sobre el mundo de aquí a cincuenta años. A pesar de que parecía hecho de forma seria, en los fragmentos en los que se dramatizaban aspectos de la vida del futuro los personajes pensaban, hablaban y sentían como nuestros contemporáneos. Un poco como en los peplums de Cecil B. de Mille, en los que se presentaban supuestos personajes del año 5 que pensaban, hablaban, sentían (¡e incluso se peinaban!) como el público de 1950. Si los humanos de 2060 han avanzado tecnológicamente al nivel de las películas futuristas de serie B pero siguen aferrados cazurramente al pensamiento mítico su fin por autoaniquilación estará cercano por inviabilidad de base. Por esa misma razón el driver de los nuevos paradigmas que son los que a la postre llevan a la tecnología del futuro son básicamente mentales.
2 comentarios:
Hola Carles!
Sin meterme en camisa de once varas, tu entrada me hace pensar en las veces en que el léxico empleado en la mayoría de series o películas de época me sobresalta y me estremece. Que los romanos con sus túnicas digan ¡vale!,o que en el siglo diecisiete se hable de los derechos de la mujer, o simplemente se diga "baja el volumen" en lugar del "hable usted más bajo" de la época de Galdós, en que no tenían ni radio ni tele ni botones para controlar el sonido, pienso que denota una ignorancia que irá creciendo a medida que olvidemos las fuentes de la escuálida cultura que va quedando.
Hasta pronto! Rosa.
Hola Rosa,
Es lo que tiene vivir en épocas de cambio: todavía no tenemos nada construído pero ya hemos derribado el edificio anterior (eso sí, con gran elegría)
saludos,
Carles
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