Los adolescentes suelen reverenciar personajes y actitudes con ribetes de rebeldía que desafían al supuestamente inamovible mundo de los adultos (supuestamente maduros). Siempre ha sido así y no parece que la situación vaya a cambiar en poco tiempo. Las necesidades del marketing, que apetece del cliente adolescente porque tiene una gran capacidad de persuasión y una voluntad férrea para gastar dineros que no son suyos, han llegado a llevar tal reverencia a un ámbito mayor. Y el halo de maravilla que rodea el mundo de las drogas, de la delincuencia y la marginalidad no se entiende a no ser que consideremos globalemente a la sociedad en una especie de fase adolescente. Las drogas y la violencia no dejan de interesar al adulto porque éste pierda vigor juvenil o deje de “estar enrollado”. No le interesan porque antepone de forma consciente la salud y el diálogo. Alguien dijo, en un discurso parecido al anterior, que “las niñas buenas van al cielo pero las niñas malas van a cualquier parte” contando con un concepto muy pobre de “cielo” y un concepto muy impreciso de “cualquier parte”. Las drogas, la violencia, cualquier parte no son antónimos “interesantes” de salud, diálogo y cielo sino meros estados de “desconexión”.
5 comentarios:
Afortunadamente la mayoría de los adolescentes se conforman con revelarse contra la autoridad más inmediata (que por cierto es lo que les toca) pero no tienen intención de reverenciar modelos antisociales aunque a veces tonteen con ellos. Las verdaderas conductas antisociales tienen un origen mucho más profundo y complejo de lo que pareces advertir.
Lola
Hola Lola,
Gracias por tu comentario. Quizás no me he expresado bien. Es evidente que las conductas antisociales tienen un origen más complejo que la clásica y necesaria rebeldía adolescente. Lo que de alguna manera quería enunciar -y que resulta más inveterado- es el culto a la inmadurez adolescente por parte de la sociedad, en el fondo por un motivo meramente comercial (desde las nauseabundas series del Disney Channel hasta la glorificación de la regresividad por parte de luchos de los "raps" que circulan por la red). No hablaba sobre la adolescencia de los adolescentes, sino de la adolescencia de la sociedad.
Gracias de nuevo, y saludos
Carles
En eso estamos de acuerdo.
Aprovecho para felicitarte por el blog.
Hola amigos. Me parece que no solamente tenemos una sociedad adolescentizada, si me permitís la palabra, sino también ridículamente infantilizada, siendo algo que recae en la publicidad, en la iconografía internáutica y en una actitud general de falsa alegría. ¿Qué se puede decir de una época que hace "vueling", que habla por "yoigo" o que se danotiza o donutiza con semejante jolgorio? Sin tener nada contra el jolgorio, claro, pero si vamos tan retrasados nunca dejaremos de tambalearnos.
Saludos.Rosa.
Desde luego ese tipo de desconexión me preocupa más que el de la violencia y la droga, sencillamente porque ya ha entrado en todas las casas.
Lola
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