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lunes, 16 de septiembre de 2013

Mudanzas



                        Intento seguir, con una mezcla de curiosidad, estupor y horror, el presente y porvenir de nuestra frenética y sin embargo balbuciente sociedad. Ciertamente, las simplificaciones  del lenguaje (en los teléfonos móviles), de los conceptos (clichés por doquier), de las ideas (tópicos largamente cultivados), de las estructuras (dualidades decretadas) son útiles para hacer un cambio. Es como cuando se realiza una mudanza y se colocan las pertenencias en cajas para su traslado. Durante la mudanza tenemos que sobrevivir con lo puesto, pero albergamos la esperanza de recuperar lo que guardamos y así continuar avanzando. Cuando se intenta continuar sin recuperar la parte esencial de lo anterior se repiten los vicios y, lo que es peor, no se evoluciona por falta de base. Nuestros conceptos-cliché de hoy día me recuerdan cada vez más los experimentos realizados con primates, algunos de los cuales logran aprender un código de signos de manera relativamente sencilla. ¿Por qué se insiste en colocar una foto de Einstein al lado de los anuncios de los tests de inteligencia? (¿qué miden exactamente los tests de inteligencia?). ¿No sería mejor intentar explicar de manera sencilla cuál fue el significado de los logros de Einstein? Lo mismo sucede con Marilyn Monroe, Hitler, Che Guevara y otros signos icónicos. Lo peor de esta dinámica de cajas estancas es que frena toda evolución, porque elimina cualquier conciencia sobre la presencia, significado y posibilidad de evolución de las estructuras de conocimiento. Y equipara las posibilidades de conocer algo nuevo a las de encontrar algún objeto nuevo (de cualquier tamaño) confinado en un espacio definido (de cualquier tamaño), cuando el modo más radical de avanzar en cualquier área de conocimiento pasa por ver lo mismo de siempre de una manera nueva. Es difícil de ver cuando se está inmerso en ella, pero la racionalidad no es un modo absoluto de conocimiento, como no lo eran tampoco la magia o el mito. Representa un avance enorme respecto a estas estructuras, pero no un punto final. La pregunta constantemente planteada en los filmes infantiles sobre si la magia existe o no está absolutamente mal formulada y se puede aplicar igual a la racionalidad: tanto una como la otra no son más que formas de ver el mundo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Carles:
Celebro tu vuelta a este tipo de comentarios.Ver las cosas de "otra " manera es ciertamente lo que nos hace ser críticos y avanzar (más o menos).La racionalidad nos vuelca generalmente a la literalidad, convirtiendo la metáfora o el mito en algo estático y tangible. Decía Brossa que la magia no podía explicarse, porque era como encender la luz en una sala de cine:se desvanece. Pero no por eso "existe" menos.
Digamos aquello de que haberlas, haylas...
Un abrazo. Rosa.

carles p dijo...

Hola Rosa,

Gracias por tu asiduidad. Prometo seguir escribiendo "este tipo de comentarios".

Otro abrazo

carles