La mayor grandeza de la democracia consiste en que todos tienen derecho a emitir su voto y los ciudadanos nos comprometemos a aceptar la decisión de la mayoría. Lo que no debemos confundir es el voto con la opinión. Porque existen todo tipo de opiniones: la del experto y la del ignorante, la opinión del café de sobremesa y la que es fruto de una dilatada experiencia, la gratuita y la meditada, la que es rica en referentes y la que se basa únicamente en las redes sociales. Y no todas tienen el mismo valor. En éste sentido somos demasiado esclavos de “tuits” y "megustas". Las sociedades deberían tratar de aprender de sus ciudadanos intelectual, moral y evolutivamente más aventajados. En demasiadas ocasiones actúa como un niño pequeño que desprecia los consejos de sus mayores. El problema es que la zoquetería se contagia y propaga por el tejido social con suma facilidad. Solamente tendemos al creer a pies juntillas a la gente que en el S XVI representaba a la iglesia y que en el S XXI representa a la ciencia, sin discrepar entre genios y zoquetes, que de todo hay en cualquier lado. No tenemos remedio...
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domingo, 29 de junio de 2014
Confusiones
La mayor grandeza de la democracia consiste en que todos tienen derecho a emitir su voto y los ciudadanos nos comprometemos a aceptar la decisión de la mayoría. Lo que no debemos confundir es el voto con la opinión. Porque existen todo tipo de opiniones: la del experto y la del ignorante, la opinión del café de sobremesa y la que es fruto de una dilatada experiencia, la gratuita y la meditada, la que es rica en referentes y la que se basa únicamente en las redes sociales. Y no todas tienen el mismo valor. En éste sentido somos demasiado esclavos de “tuits” y "megustas". Las sociedades deberían tratar de aprender de sus ciudadanos intelectual, moral y evolutivamente más aventajados. En demasiadas ocasiones actúa como un niño pequeño que desprecia los consejos de sus mayores. El problema es que la zoquetería se contagia y propaga por el tejido social con suma facilidad. Solamente tendemos al creer a pies juntillas a la gente que en el S XVI representaba a la iglesia y que en el S XXI representa a la ciencia, sin discrepar entre genios y zoquetes, que de todo hay en cualquier lado. No tenemos remedio...
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2 comentarios:
Fratello,
todos sabemos que las consultas a pie de urna en este país se hacen preguntando a bocajarro a la persona cuál ha sido su elección, despreciando su derecho a la intimidad, el cual sí que se tiene en cuenta al otro lado del Atlántico norte, donde el votante vuelve a introducir su voto en una urna de estimación del mismo, preservando así su conocimiento público. Entonces, en un país donde la envidia es su pecado capital y el chismorreo su ágora popular, no cuesta de entender que muchos mientan al ser interrogados sobre preferencias políticas. Y, lo que es peor, los mismos políticos se autoengañan a menudo con tendencias de voto más examinadas a partir de filas interminables de gente cogidas de la mano que del verdadero sentir de las mismas. O sea, que nos falta mucho trecho para poder hablar de cierta madurez democrática en esta piel de toro.
Saludos,
fp
Fratello,
¡Cuánta razón tienes!
Cuando hablaba de tuits y megustas no solamente me refería a temas políticos....la piel de toro es lugar de tertulia fácil e improductiva...
saludos
fp
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