Según una
conocida aseveración popular, una vez se aprende a ir en bicicleta, ya no se
olvida jamás, por tiempo de falta de práctica que pase. Lo mismo sucede con la
capacidad de flotar en el agua. Aunque se pierdan facultades la técnica básica
se mantiene. ¿Por qué sucede asi? Pues porque la capacidad de sostenerse sobre
una bicicleta en marcha o de flotar sobre la superficie del mar dependen de una
función básica de nuestra mente: la confianza. La práctica de un deporte de
competición o de un instrumento musical requieren altas dosis de
psicomotricidad que se adquieren con entrenamiento y que ciertamente decaen con
la falta de uso. En los casos mencionados de la bicicleta y la flotación la
sola constatación de que algo que parecía poco menos que imposible es absolutamente
posible dispara automáticamente los bucles psicomotrices que lo actualizan. Es
un poco como la puntualidad en los horarios de los trenes. La simple aceptación
de la idea de que la puntualidad es importante la hace posible por polarización
del sistema, infinitamente más que las cuestiones técnicas, que les son
subsidiarias –aunque ciertamente en este caso es necesario dar tiempo al
sistema para generar toda la complejidad que entraña-. El ejemplo da la razón a
la premisa budista acerca de la posible interferencia de la mente consciente en
el desarrollo de algunos procesos (que hay que hacer, no que pensar). O, como dicen en inglés: mind is a good servant but a bad master.
2 comentarios:
Fratello,
se ha sostenido desde varios sectores (médicos, psicólogos, entre otros) que la confianza se adquiere fundamentalmente durante la infancia, esto es, que un niño que no adquiera estas facultades a su debido tiempo le va a costar lo suyo hacerlo de mayor. Sin embargo, la plasticidad del cerebro humano, una cualidad que no se pierde con el tiempo si se ejercita regularmente, nos permitiría adquirir confianza en habilidades que podríamos desarrollar de mayores (aprender idiomas, por ejemplo). ¿Cuál es tu opinión?
Saludos,
fp
Fratello,
Ciertamente la confianza se adquiere de forma natural durante la infancia. La confianza de la que hablo es básicamente una forma de autoconfianza que posiblemente se adquiere con más facilidad en épocas tempranas; sin embargo he conocido gente que ha aprendido a nadar o bicicletear en época adulta y el mecanismo ha sido parecido. La plasticidad del cerebro tiene un interés teórico brutal (es un hecho que supera el dualismo cartesiano) pero no sé si tiene mucho que ver con la confianza.
Gracias por tus aportaciones
Sempre a punt,
fp
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