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jueves, 27 de diciembre de 2018

Axonometrías



             En varias ocasiones se ha utilizado el concepto de las percepciones del espacio y del tiempo para caracterizar una época (Jean Gebser) y elaborar una dinámica de la evolución en base a las modificaciones que tal percepción ha ido sufriendo a lo largo de los siglos. Según el modelo de Gebser la aparición de la perspectiva en la representación pictórica va asociada con el cambio de paradigma que supone el inicio de la Modernidad occidental en el período renacentista. La perspectiva pone un orden típicamente racional entre los elementos que ocupan el espacio. Pasamos con ella de la percepción anterior “pequeño-mediano-grande” que aparece en la pintura románica o en las representaciones de la Antigüedad (que atendía mayormente a la significación/simbolismo del personaje representado) a establecer un nexo de unión más elaborado entre los pobladores de tal espacio. La perspectiva ofrece así una estructura mental-espacial en la que lo percibido depende tanto de sus dimensiones como de nuestro punto de vista, traduciéndose de manera correspondiente con las representaciones pictóricas bidimensionales. Existen fundamentalmente dos tipos de perspectivas: las axonométricas y las cónicas. En las primeras las proporciones de los objetos representados guardan una relación entre ellas que no depende de la posición del observador (se podría considerar que ofrecen una vista “desde el infinito”). En eso se asemejaría a la visión idealista (platoniana, no hegeliana) en la que la mente es capaz de aprehender el mundo sin participar de él (curiosamente, este tipo de visión se denomina ahora en filosofía realista). En las perspectivas cónicas la imagen representada deforma sus proporciones de acuerdo con el punto de vista del observador, de manera que ahora la perspectiva depende en gran medida del punto de vista de tal espectador. Las líneas que en el espacio tridimensional son paralelas aparecen ahora como líneas que convergen en un punto infinito -el llamado punto de fuga- de manera que se ha invertido el rol de sujeto/objeto propiciado por la perspectiva axonométrica. Si allá era el observador quien se situaba en una posición idealmente infinita ahora el observador proyecta hacia el infinito la invarianza de proporciones tridimensionales. La perspectiva cónica admite además puntos de fuga adicionales (tantos como dimensiones queremos representar). Los dos tipos de proyección que describo corresponderían respectivamente a la visión racional pura (Platón, Descartes) y al giro copernicano propiciado por Kant. En nuestro momento se hace del todo necesario añadir complejidad a este símil y tendríamos que hablar, además de multiperspectivas, de representaciones (tridimensionales) de objetos tetradimensionales. Ahí lo dejo…

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