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viernes, 2 de febrero de 2007

Costumbres


Nos hemos acostumbrado a asociar un carácter peyorativo a la palabra globalización. La ampliación de mercados conlleva, ciertamente, la ampliación de formas de robar al prójimo, pero no por ello debemos negarnos a evolucionar. El desarrollo de las técnicas asociadas a la Edad del Hierro conllevó la aparición de armas más efectivas, pero también de utensilios beneficiosos. El camino natural del despliegue evolutivo lleva asociado un despliegue de la conciencia y un despliegue de todo tipo de actividades asociadas a la nueva estructura. Una vez más, creo que el paraíso no se halla en el estado originario sino que más bien es el resultado del despliegue y progresiva incorporación de los nuevos elementos. En la integralidad y no en la primordialidad. Las manifestaciones antiglobalización, por tanto, deberían llamarse antiexplotación, que es realmente el concepto contra el cual se protesta. De otra manera, resulta fácil confundir los dolores de crecimiento con la injusticia y la desigualdad sociales.

También nos hemos acostumbrado a asociar un carácter meliorativo a la palabra ecología. Dicho término designa el estudio holístico de los sistemas biológicos y, por extensión, el estudio holístico del entorno, ya sea vivo o no. Pero la ecología es una rama de la Ciencia Natural. El hecho de generar montañas de residuos ó de dañar al planeta es un tema que va más allá de la pura ecología. El respeto al entorno tiene que ver con la madurez, con la conciencia, con el amor.

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