Hoy leo en el periódico una entrevista que ahonda en el tema de la relación entre la física cuántica y el misticismo oriental, tema ampliamente ilustrado con numerosos escritos desde hace ya bastantes años, desde El Tao de la Física de F. Capra (1975) hasta La Danza de los maestros de Wu-Li de G. Zukav (1979). El entrevistado afirma que la física cuántica y el budismo enseñan la misma cosa. La controversia también estuvo servida desde hace ya bastantes años, mayormente a través de numerosos escritos de Ken Wilber en los que este autor aduce, a través de su modelo AQAL, compartimentos estancos para ambos tipos de conocimientos. El mezclar los objetos –y por tanto, los espacios cognoscitivos- para ambas aproximaciones supondría una flatland, un mundo chato monodimensional. ¿Por qué entonces tanta tendencia a ligar ambos temas? Se puede explicar sencillamente si tenemos en cuenta que, en su evolución hacia estadios más avanzados, la cultura occidental –y, por tanto, la física, la espiritualidad, el arte y todo lo demás- tiende a acercarse y fusionarse con sus contrapartidas orientales. Así, el proceso que lleva al nacimiento de la física cuántica es de la misma índole que el que lleva a interesarse por un tipo de espiritualidad oriental, o que lleva en otros ámbitos a lo que Gebser denomina estadio aperspectivista. O sea, que la mecánica cuántica y el misticismo oriental no enseñan lo mismo pero el impulso que lleva a los occidentales a abrirse a ambos conocimientos sí que puede serlo.
2 comentarios:
La Fisica Cuantica revoluciona tanto las bases de conocimiento establecidas que todavia no somos conscientes de ello.
No me extraña que para conseguir un poco de estabilidad mental algun que otro físico vaya a parar de cabeza al Zen.
OOOOMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM
Imagina que hasta uno de los padres de la física cuántica, Niels Bohr, decía que si creías que entendías este modelo, ¡es que no habías entendido nada!
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