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martes, 7 de diciembre de 2010
Fuerzas centrífugas
La presente crisis económica constituye tan sólo una de las caras externas de un proceso de mayor envergadura que afecta a todos los niveles de nuestra civilización que, quiéranlo o no algunos, abarca casi todos los confines del planeta. No estoy hablando de “pro-sistema/anti-sistema” ni nada por el estilo. Por muy aislados que vivamos de la manada, sentimos también en nosotros el Zeitgeist de nuestra época. En los foros sociales se habla mucho más de las caras externas que de sus contrapartidas internas porque nos hemos llegado a creer que el mundo no-material no existe, o que existe solamente en capas subjetivas de nuestro sentir, que hemos llegado a suponer que poco más o menos viene a ser lo mismo. Cuando se habla de la crisis moral todavía existe quien piensa en términos lo suficientemente inmaduros como para enmarcar la afirmación en un contexto de represión de los instintos (un viejo cliché caduco, aunque también encontraríamos todavía tales represores en proporciones increíbles) ó también quien intenta deconstruir el sentido moral simplemente esgrimiendo el argumento de su relativismo. Entonces, cuando observamos la corrupción generalizada ni pensamos en la crisis moral ni la relacionamos con la crisis económica. Una sociedad con grandes brechas en su sentido moral –fuerza centrípeta de cohesión- está destinada a perecer, o sea, a modificarse. Para alcanzar tal modificación las fuerzas centrífugas toman las riendas hasta desembocar en una nueva situación estable (ó metaestable). No estoy hablando como el Vaticano, que alerta contra los desmanes para frenar y volver a una situación anterior (aquí sí que existe una forzada represión centrípeta), cosa similar a lo que hacen los bancos y gobiernos para alcanzar de nuevo la situación económica pre-crisis, sin intentar modificar las percepciones/comportamientos colectivos. Y desviar fondos públicos desde la cultura hacia partidas de dudosa filiación no hace más que acrecentar la brecha. La cultura y el arte no son meros decorados postmodernistas. Son algunas de las más destacadas canalizaciones por las que la maduración y el cambio de mentalidad puede llegar. En cierta manera la suavización de las fuerzas centrífugas para que el cambio sea lo menos doloroso posible.
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2 comentarios:
Hola Carlos ,¿puede "avanzar" una sociedad que cree que su destino es unicamente económico y como tal sus miembros son mercancias? Pienso en la felicidad de las hormigas. Saludos Susana
Hola Susana,
Tal sociedad únicamente puede avanzar hacia su modificación, que cuanto más tarde en llegar, más dolorosa será.
Saludos, Carles
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