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lunes, 28 de febrero de 2011

Dinero


                        La naturaleza de nuestra relación con el dinero retrata nuestra pertenencia a una cultura, condición, ideología y tipología psicológica. Hay quien ve en el dinero básicamente un bien que resume el fruto del trabajo humano y a la vez representa un potencial para procurar mejoras a la sociedad. Es la visión calvinista. La visión católica, por el contrario, más dada a expansiones y coups d’efect teatrales rebaja el vil metal a la categoría de la mundanidad y del pecado. Curiosamente, al situar el dinero en la lista de instrumentos del diablo, hace su pertenencia más morbosa y, por tanto, más apetecible. El dinero al servicio del poder y la escenografía podría ser un lema del Vaticano desde hace bastantes siglos. Las filosofías orientales, especialmente el taoísmo y el budismo, otorgan a la posesión material una categoría muy diferente, la de espejismo ó ilusión dentro de la gran ilusión del Maya, el mundo de las formas manifiestas. He utilizado tipologías religiosas como indicativas de las diferentes visiones porque estas tipologías han delimitado claramente, a la vez que definido, las diferentes culturas y subculturas. Evidentemente que hay excepciones: maharajás en la India y Franciscos de Asís en Europa. ¿La visión sintética de todo ello? Pues que el dinero no da la felicidad sino más bien el enunciado anticomplementario: la falta de dinero provoca infelicidad. Una buena parte de los millonarios sienten perpetuamente el síndrome de la falta de suficiente dinero y ello los hace comparativamente más  infelices al lado de quien posee mucho menos pero no siente tal necesidad. El dinero como paliativo de los dos peores males de este mundo: la ignorancia y el miedo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola Carlos
hay carácteres curiosos , como el del "avaro-jugador".Aman tanto el dinero,que el riesgo de ganarlo-perderlo debe ser una mezcla sensual de dolor-placer . .saludos Susana

carles p dijo...

Hola Susana,

El avaro-jugador debe de jugar lentamente, como en las tómbolas benéficas, no?

Saludos