-Le dejé el
mensaje telefónico para anunciarle la emisión de un nuevo producto muy
competitivo que creemos que tendrá mucha aceptación y no queríamos que usted,
como cliente preferente, se viera privado de sus ventajas.
-Y en qué consiste tal maravilla?
-Bien, se trata de un producto complejo que recoge fondos de estupidez,
bonos de inmoralidad, obligaciones de narcisismo, letras de inconsciencia y,
además, un paquete de acciones diversificadas: egolatría, exhibicionismo,
indecencia, crimenes en general, regresiones en particular...
-Pero todo esto no puede crecer indefinidamente!
-Fíjese que siempre le estoy hablando del corto plazo. Tenemos bonos de
sabiduría y fondos de evolución consciente, así como algunas acciones de resiliencia
y ética, pero no se los recomiendo si lo que quiere son rendimientos
inmediatos. Es más, estos productos, por sus características, no pueden estar
garantizados.
-¿Pero por qué?
-Pues simplemente porque tal como va todo, igual no se llega al estado de
cosas al que se podría acceder de forma natural porque antes lo enviamos todo
al carajo.
-Al carajo?
-A la mierda, vamos.
-Que me dice!
-Y lo peor es que no habrá mierda para todos...
-Es que yo no quiero especular, sabe? Lo único que quiero es que guarden mi
dinero, es decir, mi seguridad material, para que yo pueda ir administrándolo a
medida que lo necesite.
-Tranquilo, que ésa es nuestra habilidad.
-El problema de ustedes es que tienen tanta habilidad que acaban robándonos
en una tarde todo lo que unos cuantos hemos sudado durante años.
-No, oiga, es que los mercados…
-¡A la mierda los mercados, a la mierda la opulencia, a la mierda los
parásitos y a la mierda todo!¡Saco todo mi dinero de aquí!
-Eso es imposible, y usted lo sabe…
-¿Imposible?¡Ya lo veremos!
-Su dinero real ha sido ya volatilizado, siguiendo un camino opuesto al del
segundo principio de la termodinámica. Se ha generado con él una estructura
disipativa…
-Sabe usted mucho de física…
-Es que tengo diversos postdoctorados pero me gano la vida –hasta que un
ERE me atrape- en la banca, engañando a la gente.
-No se avergüence, hombre. Otros se ganan la vida engañando en otros
lugares, ONGs, y centros de ayuda incluídos. El problema se sistematiza desde
el momento en que te empiezas a engañar a ti mismo.
-No he llegado a tal punto aún.
-¿Está usted seguro?
-........................
-¿Y qué le atrae de su puesto de trabajo?
-Pues la volatilidad de los mercados, el éxtasis de las OPAs hostiles, la
erótica de la especulación pura…
-Y ¿no se avergüenza de todo eso?
-¿Por qué tendría que hacerlo?
-Porque el dinero no deja de ser el excremento del diablo…
-Oiga, también puede ser un bien social y ayudar a progresar a la gente. ¿O
acaso la procrastinación, el onanismo y el narcisismo New Age no son también
excrementos del diablo?
-Es que yo, en este tema, me considero taoísta.
-Pues piense que los calvinistas también tienen su tasa de razón.
-Sí, pero cuando Gaia se cabree y pase de su situación estable A a su
situación estable B, el calor sofocante y la crecida de las aguas afectarán
igual a unos que a otros.
-Yo creo que afectarán más a los hinduistas ribereños y a los musulmanes en
zona cálida…
-Sí, y también a los Amish, anabaptistas y cuáqueros…
-Oiga, que tengo una reunión importante ¿Le interesa que le reserve una
cuota del nuevo porducto si o no?
-Digale a su jefe que no, que pienso desbaratarle una cuota de sus
objetivos anuales.
-Me alegro. Es un gran tirano.
-Pues no le lleve nunca la contraria. Usted simplemente déle cuerda, que él solo se
ahorcará.
-No crea: es más listo que eso.
-Una última pregunta:
-¡Última!
-¿Cree usted en todo esto?
-Creo y no creo, veo y no veo, siento y no siento.
-Es usted más taoísta que yo... ¡Bon voyage!
-¡Buenas tardes!
2 comentarios:
Fratello,
Me he reído tanto con tu ejercicio literario que me ha producido una sensación de envidia sana. Me veo incapaz de remarcar un solo párrafo, el resultado final es indivisible por lo acertado de cada frase. Está claro que el asunto tiene tintes dramáticos en muchos casos (se trata de ahorros que han costado vidas laborales enteras en crear y que se han volatilizado por acción de un engaño institucionalizado), pero tu texto contiene el punto de acidez vitriólica justa para condenar sin paliativos la desfachatez de una banca actuando de ladrón sin escrúpulos ante sus clientes de siempre.
¡Me quito el sombrero!
fp
Fratello,
Las alabanzas hacia mi trémula narrativa por parte de un consumado escritor como tú me parecen más que lisonjeras. El estilo que he utilizado es el del gamberrismo ilustrado, especie de mezcla de surrealismo, psicoterapia y sátira. Te invito a utilizar este género literario, que en tus manos puede obrar maravillas.
fp
Publicar un comentario