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miércoles, 8 de abril de 2015

Otinprivano


                   Las condiciones climatológicas en Kepler-62e eran más suaves de lo que hasta entonces habían supuesto los astrónomos terrestres. Su inclinación orbital era ínfima, por lo que en ninguna latitud de este planeta existían prácticamente las estaciones. En cualquier época de su año (notablemente más corto que el terrestre) la temperatura y grado de insolación se mantenía estable. Esto, naturalmente, creaba grandes diferencias entre los polos y el ecuador, mayores aún que las terráqueas. Su tenue atmósfera se encargaba de igualar tales diferencias. El volumen de aire desplazado provocaba así suaves flujos de viento que hubieran hecho las delicias de Stefan George y Arnold Schönberg quienes hubieran podido al fin sentir el aire de otros planetas. En Kepler-62e los poetas podían escribir plácidamente, sin arrebatos. Todo era suave, desde el azul tornasolado del cielo hasta el ocre anaranjado del suelo. En Kepler-62e había un inmenso océano y un inmenso continente surcado por suaves riachuelos de colores pastel. De hecho parecía un paisaje pintado por Tiepolo o Fragonard, pero sin figuras humanas. No había figuras humanas porque en Kepler-62e la forma de vida predominante eran las algas azules, verdes, liláceas y rosáceas, que se encargaban de modificar su atmósfera para poder dar paso, algún muy lejano día –aunque las recurrentes tormentas magnéticas que tenían lugar en Kepler62, la estrella progenitora, fueran capaces de acelerar levemente el proceso- a formas de vida más evolucionadas. Mientras tanto, el grado de conciencia afincado en tan rococó planeta era muy primario. Nada ni nadie en Kepler-62e podía sospechar que, a una distancia aproximada de unos 1200 años luz, es decir a dos pequeños saltos de gorrión en unidades astronómicas, un pequeño planeta con un grado importante de evolución de conciencia estaba cambiando substancialmente y de forma vertiginosamente  acelerada.

Per a la Rosa, els quadres de la qual -com el de la imatge- si que contenen formes conscients de tota mena
Per en Lluís, que em segueix a través de totes les estacions des de fa molts anys

4 comentarios:

Lluís P. dijo...

Fratello,
Este último relato me ha dejado sorprendido. Quizás mi mente intenta enlazarlo con los cuatro precedentes y cometo un error. ¿Y si el cuadro de Rosa que encabeza el texto fuese la fuente de inspiración del autor? Me documento y encuentro que la estrella Kepler 62-e tiene un 83% de similitud con la Tierra y que podría ser habitable. A propósito, ¿hay humanos en Kepler 62-e? Porque hablas de que “En Kepler-62e los poetas podían escribir plácidamente, sin arrebatos”, mientras que más adelante afirmas que “No había figuras humanas porque en Kepler-62e la forma de vida predominante eran las algas [...]” para decir después que “nadie en Kepler-62e podía sospechar [...]”, no sé, es un poco confuso. Claro que el título de la entrada, Otinprivano, ya te predispone a enfrontarte a algo desconocido (buscar el vocablo en Google sólo da tu relato como resultado). Tampoco sé si hay un nexo entre los finales en suspenso de los cuatro relatos precedentes y el que comentamos. En fin, muchas preguntas para el lector que no tienen una respuesta evidente. Sin embargo, ¿qué importan las soluciones a estos interrogantes? A mí tu texto me ha enganchado, me ha instruido y me deja a la espera de tu parecer, punto éste que es lo más importante de todo relato. Porque, aunque te diviertas escribiendo, ¿no es verdad que la plenitud completa sólo se alcanza cuando alguien que te lee da señales de vida?
Gracias por tu dedicatoria, y felicidades a Rosa por sus cuadros
fp

carles p dijo...

Fratellino,

Los pocos relatos que cuelgo en el blog son en su mayor parte escritos automáticos, pero quizás en este caso el automatismo ha sido un tanto adulterado (aunque no en su desarrollo que ha sido incierto desde el principio). Confesaré que tras escribir el primer fragmento tuve una idea clara que a los pocos días desapareció sin dejar rastro aparente. Supongo que la idea general del epílogo (Otinprivano es una suerte de contracción de los nombres de las 4 estaciones que han precedido) es la de escapar de una realidad que creemos absoluta y que es tan relativa como cualquier cosa. El cuadro de Rosa fué elegido a posteriori (desolè). Sobre el tema del grado de conciencia en Kepler-62e, he introducido la contradicción que tan astutamente has encontrado a sabiendas, buscando un efecto de aparente falta de lógica. Los finales de los fragmentos anteriores....podrian interpretarse como los límites de la racionalidad más allá de los cuales es necesario viajar para alcanzar la visión compleja de otinprivano.
Tu último punto es un clásico de la comunicación. La necesidad de crear frente a la de comunicar. Buen tema para un nuevo post.

Una abraçada
fp

Anónimo dijo...

Hola Carles,
aunque ya has dado algunas explicaciones sobre este texto me gustaria comentar y compartir lo que me ha sugerido.
En cuanto lo leí me pareció un contrapeso o contrapunto a las interesantes y apasionadas conversaciones estacionales del grupo de jubilados (aun tan lúcidos y productivos mentalmente!)
Tu descripción del enigmático planeta, la hermosa pintura, el extraño título (con acertijo incluido) todo parecía invitar a la evasión y a la ensoñación poética en busca de calma y para alejarnos de los problemas tan actuales y terrenales de las anteriores narraciones.
Pero sobretodo me ha parecido que la clave del texto estaba en el enlace musical: en el cuarteto de Arnold Schönberg y sobretodo en el increíble poema de Stefan George (no conocía esta pieza, gracias una vez más)
Tanto la música como el texto parecen evocar un mundo muy alejado de este. El poema, (tal como yo lo he entendido) nos acompaña en un viaje ascensional desde la oscuridad y la angustia hacia una elevación del espíritu o éxtasis que sólo pueden alcanzar los místicos y los auténticos poetas (los dos últimos versos creo que lo expresan perfectamente)
No es necesario que confirmes o desmientas mi interpretación ya que no se trata de tener o no razón. El esfuerzo para entender una obra es una tarea interesante y provechosa por si misma. Además creo que el autor puede proteger o reservarse el sentido más profundo de sus escritos si así lo decide.
Alguien ha dicho que leemos para saber que no estamos solos ,quizá se puede aplicar tambien a los que escriben.
Espero no haber sido inoportuna.
Filo

carles p dijo...

Hola Filo,

Ante todo gracias por tus comentarios. Siempre ayudan para seguir trabajando en el blog. Lo de Schönberg/George se me ocurrió como una broma pero evidentemente no lo es. En este fragmento final del segundo cuarteto de cuerda (1908) Schonberg introduce plenamente la atonalidad, que en este caso representa al aire de otros planetas. Tu visión coincide con la mia y si te ha servido de algo, pues encantado! El final del poema tiene, en efecto, algo de místico/holístico.
Te aseguro que nunca eres inoportuna sino muy bien recibida
Una abraçada
Carles