Los calores
estivales ya habían llegado. Y aunque Guillermo estuviera en su salsa, el resto
de parroquianos de la plaza mayor se sentían agotados a causa de la falta de
sueño, del ruido estival, de la machaconería con que los medios de comunicación
explotaban el menor flujo de noticias de que disponían en la canícula, además
de otros temas más profundos. Ernesto recordaba especialmente, en tal época del
año, su infancia y, de forma sutil pero marcada, mezclaba trazos del pasado con
ensoñaciones y sensaciones que en realidad nunca habían existido. Cualquiera de
tales puntualizaciones comenzaba invariablemente con un “-antes,….”que ponía
los pelos de punta a Pablo, quien usualmente siempre rebatía a su parroquiano sin
grandes esfuerzos. José Antonio se encargaba de interpretar los pensamientos de
Ernesto en clave analítica mientras que Guillermo creía que era difícil hacer
comparaciones por cuanto el punto de vista personal evoluciona sin cesar. José
Antonio no podía estar más de acuerdo con Guillermo en su apreciación pero
también sugería la posibilidad de comparaciones no personales. “Observad, por
ejemplo, las primeras páginas de los periódicos de los días 19/4/1955; 7/4/1971;
10/4/1973; 27/5/1976; 3/2/1976. Durante esos años, ciertamente, las
personalidades que hicieron avanzar el pensamiento, las ciencias y las artes,
tenían una consideración general. Si algún lector de tales periódicos no tenía
ni idea de quién era tal personalidad, iba al diccionario a buscarlo,
disimulando su desconocimiento. Ahora –y aquí doy algo de razón a Ernesto-, la
situación ha cambiado enormemente. No existe un único paradigma al que se le
busquen los agujeros como tan genialmente hicieron aquellos superdotados. Por
otra parte la gran masa ha perdido el complejo de sentirse inculta. Es más, el
mercantilismo salvaje ha logrado llegar a hacerla sentir orgullosa de ello. El
culto al personaje notable se ha substituído por el culto mítico a la
‘celebridad efímera del freacky que
twitea’. Hemos confundido la igualdad de votos –el valor supremo de la
democracia- con la igualdad de opiniones, cosa que…”
-Pablo, que se había ido poniendo rojo mientras escuchaba el repetitivo
discurso de José Antonio, no pudo permanecer callado más rato:
-“¡Siempre que sueltas tus tesis elitistas te olvidas de que la voz de la
masa tiene un poder y que la gente puede hacer lo que le dé la gana, que ya son
mayorcitos!”
-“Pues no parece que la gente sea tan mayorcita, siendo como es tan
extremamente manipulable”
-“¡Pero es que todos estamos atados de pies y manos! ¡Dame la receta para
dejar de ser manipulado!”
-“Haya paz”, sugirió Guillermo. “¿Es que sólo sabéis pelearos, vosotros
tres? En la vida hay cosas por las que vale la pena seguir, ¿no?
-“Pablo”, siguió afectuosamente José Antonio, “tu has sido maestro durante
la mayor parte de tu vida profesional. Creo que hace muchos, muchos años que
averiguaste que formar a un menor no consiste en rellenar su mente con
contenidos, como hacen con las ocas los productores de foie-gras”
-“Tienes razón” dijo Pablo.”Eso lo creen los burócratas tecnócratas
parásitos que pueblan los despachos oficiales. Pero este error, basado en una
reificación de un proceso y en la asunción de la lógica y la racionalidad como
únicos y absolutos caminos, se esparce por el grueso de la sociedad como una
mancha de aceite.”
-“Pues a eso voy”, siguió José Antonio. “Simplemente te quería dar a
entender que el proceso de aprendizaje y de maduración no tiene por qué acabar
en la edad adulta. Es un proceso que, si dejas que fluya, puede durar toda la
vida. Y el aprendizaje del adulto tampoco tiene que ver únicamente con la
adquisición de nuevos conocimientos sino especialmente con la aparición de
nuevos puntos de vista. Un poco como el viaje que planteaba Guillermo”.
-“Mirad, es que yo, ¿sabéis? soy un poco incrédulo y desconfiado por
naturaleza”. Ernesto no participaba hacía rato de la discusión. “Si alguna cosa
no la entiendo no la asumo por defecto”.
-“Esa es la excelsa labor del maestro”, y diciendo estas palabras Pablo se
llegó a emocionar rememorando la maravillosa profesión a la que había dedicado
los esfuerzos de toda una vida. “Hacer que alguien con un nivel de comprensión
determinado pueda asumir cosas de un nivel inmediatamente superior. Los burócratas
parásitos creen a pies juntillas que toda la ciencia se puede deducir, que todos
los secretos del lenguaje están contenidos en sus palabras y que los tests de
inteligencia sirven para algo serio”.
“-La sociedad actual –prosiguió José Antonio- tiene una labor intelectual por
hacer muy importante. Esta labor debe ser
capaz de armonizar técnica, ciencia, arte, pensamiento. Y esta labor es eminentemente
compleja, es decir, orgánico-sistémica. Fijaros la falta de armonía de la
humanidad para con su nicho ecológico. Por doquier aparecen y se multiplican
todo tipo de alergias, intolerancias y cosas peores. Estoy convencido, Ernesto –añadió
José Antonio antes de que su amigo volviera a la carga- de que el progreso
tecnológico y la armonía con el mundo no son incompatibles. Ahora bien, el
progreso tecnológico unido a la regresión de conciencia y al atontamiento
ngeneralizado puede llegar a ser letal”.
Guillermo propuso a sus contertulianos ir hasta la calle de al lado a
buscar unos helados cuando de repente…..
1 comentario:
Fratello,
De las cuatro estaciones, verano ha sido la que más me ha gustado. El diálogo está perfectamente trenzado, y las opiniones expresadas por sus protagonistas son de una claridad meridiana. El toma y daca de pareceres te convence por el aplomo con el que hablan sus portavoces, un placer para el lector. Cuando acabas convencido con lo que dice uno, la refutación del otro te parece impecable, una gimnasia mental de lo más saludable. Felicidades por este relato, te ha salido redondo.
¿Sería mucho pedir, venerado Fratello, que desvelases el por qué de tantos finales en suspenso? ¿Nos vas a dejar “in albis” después de seguirte fielmente por las cuatro estaciones?
No me atrevo a aventurar qué vas a responder, sería un despropósito, o sea que me rindo doblemente: a tu talento y a tu intriga.
Gracias por despertar nuestro sentido crítico, tan vapuleado por los medios.
Un abrazo y feliz Pascua,
fp
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