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jueves, 6 de julio de 2006

Mensaje


Hace treinta y tantos años, todo aquel que quería dárselas de intelectual (cosa que entonces estaba de moda, aunque en realidad no pasara de eso), hablaba de ‘mensaje’ cuando salía de ver una película. Bueno, una película de las que entonces calificaban de ‘arte y ensayo’. También existía otro sector de la población que hacía gala de su rechazo a tal tipo de filmes. Las únicas películas que interesaban a éstos últimos, ellos decían, eran las de entretenimiento. Para hacer más patente su posición, adornaban su discurso con ciertas burlas dirigidas al supuesto ‘mensaje’ y sus destinatarios. Vista desde nuestra perspectiva, toda la situación que describo puede parecer remota y plácidamente naïf, aunque, bien mirado, tampoco ha cambiado tanto en la actualidad. En muchas ocasiones, sin embargo, se confundía el tema con el ‘mensaje’. ¿A qué hacía referencia en realidad el dichoso ‘mensaje’? En un arte narrativo, el ‘mensaje’ se mantiene en un plano tan simbólico como puede hacerlo en otras artes. ¿Cuál es el mensaje de la Sonata a Kreutzer? En los filmes ‘de arte y ensayo’ a menudo se concebía el mensaje como un discurso ó trasunto que coloreaba la acción, en ocasiones incluso con fines didácticos ó aleccionadores. Un poco al uso del realismo soviético. Entonces se hablaba de ‘conciencia social’, ‘compromiso’, ‘justicia social’ y cosas por el estilo. Estas confusiones de términos incluso afectaban a los críticos cinematográficos. ¡Cuántas veces he leído que El Verdugo berlanguiano es un alegato contra la pena de muerte! Creo que el tema de dicho film es mucho más esencial y hace referencia a la compleja red que la estructura grupal parece tejer en torno al individuo. La elección de la profesión alrededor de la cual giran las vidas de sus protagonistas genera en el espectador sentimientos encontrados que no aflorarían tan fácilmente si tal profesión fuera la de peluqueros ó ingenieros agrónomos, aunque a la postre, el ‘mensaje’ podría seguir siendo el mismo. O quizás deberíamos hablar de ‘tesis’ más que de ‘mensaje’. La gran diferencia es que la tesis siempre puede ser racionalizada y explicada en términos de lenguaje convencional, mientras que el ‘mensaje’, tal como yo entiendo el término, es un trasunto exclusivamente simbólico y, como tal, se halla confinado en su soporte. O sea que, en cierta manera, el mensaje, como en la célebre frase de McLuhan, es el propio medio.

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