En las últimas semanas han aparecido carteles publicitarios en algunos espacios públicos de mi ciudad –como autobuses- con la frase “Dios probablemente no existe; deja de preocuparte y disfruta de la vida en cada instante”. El slogan viene firmado por cierta sociedad agnóstica que, para gran alegría de las arcas municipales, ha costeado tal advertisement. No sé cuál es la finalidad de esta campaña (la idea de la cual parece provenir de tierras londinenses), pero me adhiero a la opinión que leí hace unos días en la prensa: la lógica del enunciado contrario funciona igualmente bien: “Dios probablemente existe; deja de preocuparte y disfruta de la vida en cada instante”. Decía Niels Bohr que lo contrario de un enunciado verdadero es un enunciado falso, pero lo contrario de una verdad profunda puede ser otra verdad profunda. Y si dos verdades profundas nos parecen antagónicas es que las miramos -ambas- con ojos de ratón miope (esto lo digo yo). Tanto los agnósticos como los teístas están, hablando de manera simple, proyectando aspectos propios en una especie de metacompartimento al que luego se aprestan a arrojar al exterior. Y en ese espacio hay sitio para todo, para lo mejor, lo peor, el valor, la miseria, el miedo, la esperanza, la impotencia, la compasión, el orgullo, la humildad, el poder…Nuestro estado de desarrollo nos exige que dediquemos especial atención a dos tareas: 1/ aumentar nuestro nivel de conciencia de forma consecuente para que las fronteras entre el “yo” y el “no yo” se agranden en la medida de lo posible y 2/ aprender a valorar la subjetividad de nuestras apreciaciones, que son una visión en primera persona de percepciones sometidas a un grado determinado de conciencia. Aplicado a nuestro caso: Dios y su negación Nodios son tan sólo conceptos ó modelos, como la Mecánica Newtoniana. La Mecánica Relativista y la Mecánica Cuántica representan modelos más evolucionados y ampliados pero no pueden añadir nada al modelo anterior, que configura una época del pensamiento. La música de Ligeti representa un modo históricamente más avanzado que la de Beethoven, pero no la puede invalidar; no podemos decir que sea más auténtica que la del músico de Bonn (hay que notar que hablo de dos grandes compositores, gustos personales de cada uno aparte). Es evidente que el mundo de la espiritualidad, el de la ciencia y el del arte tratan asuntos diferentes, pero creo que el símil evolutivo puede ser válido. Resumiendo, que el supuesto debate teísta/ateo creo que queda ya muy atrás en la evolución y quien se sienta inflamado y dicotomizado por una de las partes está presa de un estadio primitivo todavía no superado. He dicho.
4 comentarios:
Hola Carles,
gracias por tu post que como en otras ocasiones me ha servido de iniciador o chispa reflexiva.
Antes de bajar al plano de concreción que me caracteriza, quisiera preguntarte algo que se me antoja más cercano a tu terreno de abstracción.
Enlaza mi argumento con el ejemplo de los modelos de mecánica que la física ha ido generando con el tiempo. Yo siempre he entendido que un modelo posterior, y por tanto más evolucionado, debe englobar al anterior, es decir, que bajo determinados presupuestos, el modelo superior puede simplificarse hasta convertirse en el modelo inferior. Esa parece ser la tendencia en el campo de las ciencias naturales, en el que se tiende a tener una teoría del todo, que unifique todos los campos de energía o todas las piezas del puzzle generando un modelo único a partir del cual se pueda explicar todo.
Suponiendo que estés más o menos de acuerdo con este enunciado, ¿crees que la conciencia del individuo evoluciona también en este sentido, es decir, hacia una conciencia del todo que engloba lo que ahora nos parecen posiciones antagónicas?, ¿el aumento de este nivel de conciencia, nos llevaría a definir con mayor precisión la singularidad de nuestro pensamiento individual, agrandando las fronteras entre el “yo” y el “no yo”, como dices?, ¿Qué repercusión tendría el alcanzar un mayor estado de conciencia en el plano moral?
Supongo que si contestas estas preguntas, podemos concluir que Dios existe y eres tú.
Bajando a un plano de concreción en el que navego menos, yo sé que quien está detrás de esta campaña es Richard Dawkins, biólogo evolucionista, encendido activista pro-ateismo y famoso por obras como El gen egoísta o El espejismo de Dios.
En contra de aquellos que piensan que creer en Dios no es obligatorio y que no hace daño, y que por tanto, no es necesario poner anuncios, yo pienso que en occidente, se ha alcanzado a un estado que podríamos calificar de agnóstico pero a través de una vía tácita, como de desencanto, casi por aburrimiento. No ha habido una gran revolución moral, un gran reforma como sí ha sucedido en las distintas transiciones de pensamiento o moral a lo largo de la historia. Por eso entiendo el comportamiento de gente como Dawkins, que en mi opinión intentan encender un gran fuego revolucionario. Pongamos sobre la mesa nuestras ideas (o sobre los autobuses) y discutámoslas para volver a reposicionarnos, no nos dejemos llevar por la indolencia metal…por cierto, ¿cuál es la moral de la post-modernidad?
Perdona por esta respuesta en la que he abusado mucho de tu paciencia.
Hola Joan.
Ayer estuve más de media hora respondiendo lo mejor que podía a tus cuestiones; cuando di la orden de publicación se perdió la conexión y todo se perdió...pero vuelvo a la carga.
La cuestión sobre los modelos científicos que planteas no tiene fácil respuesta. Fue parte de una de las grandes discusiones que se dieron en un famoso congreso que tuvo lugar en Londres en 1966 (Criticism and the Growth of the Knowledge) y en el que participaron nada menos que Popper, Kuhn y Lakatos. Kuhn hablaba de la inconmensurabilidad de los paradigmas, es decir, de la no reducibilidad entre ellos, mientras que la idea de Popper-Lakatos era la de acercamiento progresivo a una especie de verdad absoluta (Popper atacaba a Kuhn tildando sus métodos de psicológicos, frente a los suyos, que trataba de normativos). El debate se ha ido extendiendo a otros campos y, hoy en día, la influencia de Kuhn es decisiva, pero sobre todo en el campo de las humanidades, mucho más que en el de las ciencias naturales (aunque muchas veces se cita desde el punto de vista postmoderno con mucha incomprensión). Sinceramente, creo que un modelo posterior amplía uno anterior, pero no en el sentido popperiano. La física relativista constituye un modelo más ampliado respecto a la newtoniana, pero no aporta nada nuevo a ese modelo, porque es radicalmente diferente (el hecho de que el aparato matemático de ambos modelos de lugar a los mismos resultados cuando los números son pequeños nada tiene que ver con la reducibilidad de la esencia de un modelo al otro). Lo que hace la teoría einsteiniana es modificar nuestra percepción de los hechos, y a eso me refiero cuando hablo de ascender un orden en nuestro grado de percepción. Lo que modifica decisivamente son nuestros propios conceptos de espacio y tiempo. Como decía Heidegger: “las preguntas son caminos para una respuesta. Esta consistiría -en el caso de que alguna vez se accediera a ella- en una transformación del pensar, no en un enunciado sobre un contenido”. ¿Captas un poco mi idea?
(Sigo en otro comentario porque no me dejan poner tanto rollo seguido)
(Sigue)
Respecto a la evolución de la conciencia, mi humilde opinión es: si. Tanto a nivel individual como colectivo. Lo que se nos aparece como un dualismo se resuelve en un estado superior de conciencia. Basta que dejemos de proyectar externamente. Supongo que cuando las fronteras de nuestro yo se han ampliado suficientemente, nada nos es ajeno y nos reencontramos con nuestro centro. La moralidad también evoluciona, desde los estadios tribales, míticos, sociales, transpersonales. Es un ejemplo muy citado, pero el caso de la esclavitud es muy claro. La esclavitud pasó de ser una práctica social benéfica y saludable hace 2000 años a ser abolida e inaceptable en nuestros días (aunque siempre se sigan inventando nuevas formas de esclavitud para someter al prójimo).
Richard Dawkins me parece un personaje demasiado preocupado por la publicidad y los best-sellers. Además, llega tarde. Su planteamiento lo desarrolló de forma más seria Nietzsche hace nada menos que 130 años. La muerte de Dios en la conciencia de occidente que planteaba el filósofo tenía mucho que ver con la ampliación del nivel de conciencia. Fíjate que después de un S XIX absolutamente escéptico y de vuelta de todo (me refiero a las figuras avanzadas, no al grueso de la población que suele ir entre 100 y 150 años por detrás) el S XX recupera los valores de renacimiento espiritual (alejados cada vez más de la religión tradicional mítico-racional). Lo que sucede es que gran parte del grueso de la población está en la zona de finales del XIX. Dawkins también está hablando de un concepto de Dios propio de aquella época. Por eso la revolución que veo que ahora se lleva a cabo es la del renacimiento de la espiritualidad “atea” ó del misticismo sin Dios (llámalo como quieras, todo eso no son mñas que conceptos). Todo el folklore regresivo, los clichés y tópicos que inundan nuestra sociedad y medios de comunicación, todo eso no es más que basura con que satisfacer y adormecer a la población media para que se quede en un estadio de fijación infantil y siga consumiendo de forma indolente.
Por fin, respecto a la moral de la postmodernidad...ya sabes que para mí la postmodernidad es básicamente una crisis de crecimiento y, en este caso, todas las morales son igualmente válidas, hasta que no se estructure con más claridad una fase más consolidada de la historia del pensamiento.
Perdona por el gran rollo; espero que sirva de algo. Un fuerte abrazo.
Hace tiempo que quería darte las gracias por tu tiempo y tu paciencia. Te agradezco mucho tus comentarios y te aseguro que me producen un gran efecto inspirador. Sigo creciendo.
Publicar un comentario