En estos días navideños siempre parece ponerse más en evidencia la mezcolanza de elementos míticos mal sedimentados, la fijación al tópico más casposo y el sentido comercial salvaje que constituyen nuestros polos estéticos, mentales y morales. Mezcolanza extrañamente inestable y explosiva, además, por reunir de forma íntima elementos regresivos y escapistas. Todo sustentado en un falso sentimentalismo de grandes almacenes. Perdón: sé que me repito demasiado... Bon voyage!
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