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viernes, 24 de junio de 2011

Equívocos

           
Hace pocos meses falleció a edad más que respetable uno de los decanos de los compositores estadounidenses, Milton Babbitt. Babbitt fue pionero del serialismo y la música electrónica en el Nuevo Mundo, pero la mayor difusión de su nombre la alcanzó en 1958 por un escrito para la entonces popular revista High Fidelity. El título original del escrito era “The composer as specialist”, pero fue cambiado sin su conocimiento al más vulgar y ofensivo “Who cares if you listen?”. En él recordaba que la época en que el hombre común podía entender las más avanzadas teorías científicas ó modelos filosóficos hacía ya mucho tiempo que había pasado a la historia. Sin embargo, nadie hablaba de decadencia ni de conspiración relacionados con este hecho, al contrario de lo que pasaba con la música más avanzada. Más de treinta años después Babbitt todavía decía que era más recordado por ser el autor de “¿A quién le importa si escuchas?” que por haber compuesto “música la cual te puede o no importar escuchar”. La confusión sigue presente en nuestros días, pero se ha ampliado a otros campos artísticos. Además del eterno problema de la catalogación de la música (todavía no existe un buen adjetivo para la música “clásica”, “seria” ó “artística”) ahora también se confunde la literatura con los best-sellers de usar y tirar y la pintura con las cosas que cuelgan en las paredes de hoteles y salas de convenciones.

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