Ojeo en el periódico de hoy un artículo sobre el papel que juegan las diferentes aproximaciones espirituales “alternativas”, así como sus contrapartidas dirigidas al cuidado del cuerpo. Según el artículo, todo este conjunto de tendencias ocupa el lugar que antes se le concedía a la religión. Una vez más la interpretación me hace pensar en la forma intrínsicamente dualista del pensamiento occidental mayoritario: Verdad-Mentira; Cierto-Falso; Blanco-Negro. Siempre que nos acercamos a una aproximación diferente la tratamos no como una alternativa con capacidad de convivir sino como La Opción Real y Verídica. Rara vez en la historia occidental se ha apelado a la construcción de las estructuras como el resultado de la evolución integrativa (Hegel y su razón dialéctica sería la primera gran excepción de la era moderna). Las religiones, históricamente, son las formalizaciones sociales que se corresponden con determinado nivel de evolución de la espiritualidad del conjunto. Y en nuestro momento se han hecho claramente insufientes porque no reflejan el momento evolutivo de dicho conjunto. Este hecho nada tiene que ver con lo que podía opinar A. Compte hace 200 años y la masa anónima hace 100, a saber, que la recién conquistada razón se oponía y por tanto desacreditaba definitivamente a cualquier atisbo de mitología, magia ó superstición. Las mentes adelantadas de hace 100 años (que siempre suelen ir unos 100 años por delante del pelotón) ya se hallaban libres de tal prejuicio y comenzaron a visualizar una espiritualidad real que no negaba la religión tradicional pero que ciertamente iba más allá. De la misma manera que un niño (o el que tenga un nivel mental de este orden) que hace lo que le dicen por temor al castigo evoluciona hacia el adulto que ya es capaz de sopesar la bondad ó necesidad de tal acto, la maduración en la espiritualidad ha pasado de negar la compatibilidad razón/espíritualidad a ir más allá en sus planteamientos. Y como, en el fondo, la evolución se produce por integración dialéctica (o por visualización simultánea de los contrarios, como en Oriente), pasa por integrar los caminos de Oriente y Occidente. Oriente es femenino, ying, mientras que Occidente es masculino, yang. El término que le falta a Occidente para avanzar es Oriente, y viceversa. Por eso la creciente influencia mutua en ambos entornos. Evidentemente que los poderes fácticos de las diferentes religiones ven el proceso con disgusto porque solamente son sensibles a la pérdida de poder que les supone el proceso. Son incapaces de evolucionar por miedo a perder poder, y este mismo miedo les hará perder el tan ansiado poder. Son los mecanismos apoptóticos de la historia.
2 comentarios:
Fratello,
Para alcanzar la integración dialéctica entre Oriente y Occidente es ineludible que ambos se conozcan bien. Me refiero a saber de qué tratan las religiones orientales por parte de un norteamericano, por ejemplo, y, a su vez, que un japonés sepa algo del catecismo cristiano. Desgraciadamente, exceptuando quizás alguna asignatura optativa sobre religiones del mundo impartida como maría en la ESO, el acceso a este conocimiento depende más del interés de cada uno que no de un entorno educativo que lo facilite. Precisamente es cuando el adolescente empieza a empaparse de contenidos formativos que sería más indicada su introducción al universo de la espiritualidad, forjando así una visión global que facilitaría mucho futuras interpretaciones integradoras. Ausente esta oportunidad, el avance hacia esta comunicación entre el pensamiento occidental dualista y la visualización simultánea de los contrarios en Oriente se ve claramente ralentizado. Sólo apariciones esporádicas de paladines de ambos mundos en los medios de comunicación, como el que te dio pie a tu entrada en el blog, nos recuerdan que vivimos demasiado pendientes de aspectos tan superficiales (modas, apariencias, tendencias) que nos perdemos la esencia de nuestra existencia, lo que nos diferencia de otros organismos vivos: nuestra capacidad de reflexionar y de encontrar un sentido a nuestra vida.
No sé cuál es tu parecer, pero a mí me da la impresión que Occidente, disfrazado de mundo liberador donde los haya, se está comiendo a Oriente, cegado este último por los cantos de sirena hacia un capitalismo consumista que llena los bolsillos a la misma velocidad que vacía de valores morales las almas (léase la conversión de China en su papel de fábrica del mundo). Triste panorama del que la crisis actual no es más que su directa consecuencia. De cómo evolucionará la situación, lo dejo para una próxima entrada.
Por suerte, tu blog nos ayuda a no desviarnos demasiado de lo verdaderamente interesante en nuestro fugaz paso por este planeta. Felicidades por esta excelente contribución. Que siga así por mucho tiempo,
fp
Fratellino,
En primer lugar, muchas gracias de nuevo por tus ditirambos y por el interés que sigues poniendo en el blog. Es la mejor recompensa. Respecto a tus comentarios, pues tienes razón; la gran masa en occidente todavía tiene una visión superficial y tópica de oriente. Pero el número de personas interesadas que se acercan al tema crecen exponencialmente. Y es posible que el número de meditadores en USA iguale ya o supere a los de la India. Poco a poco, pero la tendencia parece imparable. Y ahora que todo se va a la mierda la velocidad de crucero aumenta considerablemente.
Respecto a la moral, una cosa es la práctica habitual y otra lo que se siente profundamente. Seguramente que hemos olvidado de escucharnos profundamente, aunque éste es ya otro tema.
fp
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