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miércoles, 1 de mayo de 2013
Rumores
De repente me encontré rodeado de un paisaje desconocido, como inmerso en otro mundo. Y lo más sorprendente es que no había advertido en ningún momento una transición que me llevara desde mi entorno habitual, incluso diría que cotidiano, hasta esas nuevas tierras, que todavía no conocía lo suficiente como para calificarlas de amigables ó agresivas. El verde de los árboles era el mismo de siempre; el azul del cielo también, así como el ocre del camino y el blanco de las nubes. O quizás estos colores estaban matizados de acuerdo con la edad de los ojos que los percibían, edad que comprendía biología y experiencia por partes iguales. Todo estaba realmente en su sitio, pero nada era igual a como yo lo recordaba. Tenía la curiosa sensación de que no me había movido a lo largo del espacio pero sí a lo largo del tiempo. Y digo curiosa porque la sensación del paso del tiempo nos viene físicamente dada por el cambio espacial; por el movimiento ó las variaciones, por mínimas que éstas sean, en el entorno. La sensación de paso del tiempo venía en este caso únicamente dada por razones internas no objetivas. Por lo que se llama comúnmente experiencia, que es una forma en primera persona de lo que llamamos comúnmente evolución. ¿Por qué, entonces -me pregunté-, he tenido la sensación de cambio brusco? He aparecido en un lugar que desconocía sin moverme del sitio, y encima no me he percatado del cambio. Repasé entonces los conocimientos teóricos a los que había estado expuesto durante mucho tiempo. Desde pequeños tendemos a disgregar los conocimientos que adquirimos por vía teórica –los estudios- y los que adquirimos por vía práctica –la experiencia-. Tenía ante mí, por tanto, una buena oportunidad a través de la que integrar ambos tipos de conocimiento. Pero el mundo de la conciencia es intrínsicamente muy resbaladizo. Cuanto más crees que tienes aprehendida y aislada una noción, más fácilmente se te escapa de las manos. Es decir, la dualidad entre ambos tipos de conocimiento se hace en este campo, más que en cualquier otro, una brecha muy difícil de salvar. Intenté convencerme de que me había asaltado, así de sopetón, un cambio de paradigma, un ascenso en el orden de conciencia ó cosas similares. Pero mi estado de conciencia no admitía en ese momento disqusiciones teóricas preestablecidas. Después de luchar inútilmente con la mente en busca de explicaciones y modelos caí presa del desánimo, una situación que tiende a negar cualquier puente entre nosotros y el mundo y nos aísla así de cualquier flujo benéfico. Cuando las emociones dominan la mente ésta se desboca, como si nuestro carruaje fuera conducido por un caballo salvaje (cuando, dicho sea de paso, el caballo se reprime nuestro carruaje se para y no va hacia ningún sitio). Sólo cuando acallé mi discurso, cuando dejé que alguien (llamémosle intuición, mente transracional ó como queramos) guiara al cochero que a su vez guiaba al caballo el flujo volvió a circular. Sólo entonces comprendí que todo era igual que antes pero yo había crecido interiormente, ya no era el mismo de antes. Incluso los colores de la naturaleza me parecieron esta vez diferentes.
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8 comentarios:
Hola Carles,
el texto que has titulado "Rumores"
me ha parecido extraño y hermoso al mismo tiempo. Me han parecido muy interesantes los enlaces musicales que ilustran tu narración.
Gracias de nuevo por tu blog.
Filo
Hola Filo,
Muchas gracias de nuevo por tus ánimos! Cuando hube publicado el texto pensé que era francamente malo y que quizás el blog pueda empezar a estar cansado. Celebro que al menos haya gustado a alguien...Ah!, muchas gracias por la recomendación sobre el libro de Jeanne Hersch. Ya lo estoy leyendo!
Saludos,
Carles
Hola Carles:
Nada de cerrar el blog...Nos privarías de una ocasión de oro para meditar y aprender. La experiencia que relatas no ocurre muy a menudo; creo que después de algún suceso muy traumático la conciencia y la mente son muy maleables y se abren a nuevas visiones y conceptos.Sólo difiero en que todo sea igual que antes...me parece que esa evolución se hace conjuntamente de modo misterioso; la sopa cósmica cuece en la misma olla!
Un abrazo. Rosa.
Parece que el blog va adquiriendo cada vez un carácter más introspectivo. No creo que eso sea negativo, sino todo lo contrario. A mi, me sigue interesando, quizás más si cabe.
Con respecto a "Rumores", determinadas experiencias personales son difíciles de explicar, pero donde no llegan las palabras... alcanza la música. Voy a necesitar unos cuantos días para escucharla toda.
Lola
Gracias Rosa
No hablo de cerrar el blog sino de renovarlo...veremos como!
Al final todo es igual que al principio; lo que ha cambiado irreversiblemente es nuestro modo de mirar; nuestra experiencia, en suma.
Otro abrazo
Carles
Hola Lola,
A lo largo del blog hay una pequeña serie de micronarraciones que cumplen una función específica, como tú dices, de tipo introspectivo.
Gracias por tu interés y feliz escucha!
Carles
Fratello,
Como les ha ocurrido a los comentaristas que me preceden, tu texto me ha parecido de lo más onírico, a la vez qe susceptible de múltiples interpretaciones. Sin embargo, la fórmula de enlazarlo con exquisitas piezas musicales te deja un excelente sabor de mente (de boca no aplica, ¿verdad?). Bravo por esta manera de plasmar tus rumores, te invita a reflexionar mientras la música de masajea el alma.
Un abrazo,
fp
Fratello,
Mi intención era hacer un texto abstracto y a la vez ambiguo; susceptible de múltiples interpretaciones, como bien dices. Las citas musicales son la excusa para publicarlo!
Otro abrazo
fp
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