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domingo, 23 de junio de 2013

Operas VII - Der Rosenkavalier



                        No cabe duda de que Richard Strauss se halla entre el pequeño destacamento de compositores-ingenieros que dominan sabiamente el teatro y saben encajar la música con la acción. Y tampoco cabe duda de que, como los otros  ingenieros, supo hallar un libretista con el que formar un sólido tándem. Hugo von Hoffmansthal firmó seis de las óperas de Strauss, entre ellas el Rosenkavalier. Esta ópera representa el triunfo de la artificialidad y ése es precisamente su encanto. La mixtura de los extemporáneos valses –extemporáneos tanto desde el punto de vista de la dieciochesca escena como desde el punto de vista del guiño a Johann Strauss- con las melodías mozartianas (mozartianas de imitación, que no de espíritu), el (doble) travestismo de uno de los personajes, la ausencia de tenores (en Ariadnne auf Naxos queda patente el odio que Strauss sentía por tales personajes), cuyos únicos rastros se encuentran en personajes italianizantes (el cantante  bruscamente interrumpido y el intrigante Valzacchi) resulta sorprendente pero funciona. Y funciona por el sólido libreto y la espléndida caracterización del personaje de Feldmarshallin, “vieja de treinta y siete años” que ve como el tiempo pasa inexorablemente. El contraste entre la mistificación antes apuntada y el trazo humano de la Mariscala da la tensión necesaria para que la obra se mantenga erguida. El golpe de efecto mayor de la obra, la entrada de la Mariscala en el tercer acto (después de acto y medio de ausencia) nos hace caer en la cuenta de todo ello. Las mezclas de objetos musicales que Strauss muestra en muchos de sus poemas sinfónicos (mezcla de oro, plata, mármol, escoria, cascos de botella y ladrillos partidos, según la clásica observación de Deems Taylor) y que en ocasiones rompen el equilibrio interno de las obras es aprovechado en esta ópera como elemento cohesionador. Con sus poemas sinfónicos Strauss también se mostraba ingeniero y no aquitecto (a pesar de las fugas en Zarathustra y en SymphoniaDomestica) y de ahí las polémicas en torno a estas obras. El lirismo, lenguaje natural de este compositor, halla en el Rosenkavalier una de sus máximas cotas.

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