
El pasado día 12 de enero, tras ofrecer un concierto de piano en la ciudad palestina de Ramallah, Daniel Barenboim declaró que había aceptado la ciudadanía palestina, que se suma así a toda una lista de ciudadanías que ostenta este verdadero hombre de mundo (argentina, israelí, española) que ha trabajado durante años en Francia, Alemania, Estados Unidos e Israel, amén de sus giras internacionales en los años de pianística juventud. Barenboim , además de como formidable músico, entrará en la historia como promotor de la apertura mental (creación de la orquesta “veraniega” de jóvenes árabe-israelíes West-Eastern Divan; defensor de las interpretaciones “no ortodoxas” de la música barroca; reintroductor público de la música de Wagner en Israel…). Si alguien quiere ver todo el partido que Barenboim le puede sacar a una interpretación del piano clásico, le recomiendo que visite las masterclass en las que trabaja la beethoveniana Sonata Appassionata con el pianista Lang Lang. ¡Bravo Maestro!
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