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martes, 6 de noviembre de 2007

Resonancia


Existen dos maneras de entonar una melodía. La primera de ellas, la manera que podríamos llamar analítica, consiste en “deducir” el “camino” que sigue el contorno de sonidos apoyándose en la relación de cada uno de ellos con su vecino inmediatamente posterior. La utilización de este modo está bastante confinada a aquellos que tengan unos conocimientos –aun rudimentarios- de solfeo, que les permitan aplicar su conocimiento internalizado de los intervalos al caso concreto. Además de deducir la melodía a través de los intervalos sucesivos, evidentemente que también se toman en cuenta las relaciones de cada sonido con el conjunto (si estamos en un ámbito de estructura tonal ó para-tonal). Así, se aplicarán sucesivamente intervalos ascendentes y descendentes y también se considerará la función tonal de cada nota, o dicho de otra manera, la relación de cada nota con el conjunto de la melodía. Pero todavía existe otra manera de entonar una melodía, restringida ésta al caso de melodías conocidas e internalizadas. Esta manera, que podríamos llamar holística, y que está confinada a aquellos que posean “oído musical” –independientemente de sus conocimientos técnicos-, consiste en la resonancia con la melodía y su posterior reproducción. Este es –debería ser- el modo utilizado por el intérprete vocal ó instrumental en su cometido musical. Este tipo de proceso aprehensión/resonancia/ejecución, base de la psicomotricidad, se da también en el mundo del deporte. Una persona suficientemente entrenada en su especialidad no deduce analíticamente un shoot, un salto ó la presión que ejercer sobre unas teclas. Simplemente piensa en lo que quiere hacer, y lo hace. Pero este querer hacer exige un grado de experiencia y entrenamiento tan grandes como la destreza física necesaria para conseguir plasmarlo. De ahí la fuerza de la música, la danza, el deporte ó el teatro. El ejecutante canaliza una energía que a la postre puede llegar a resonar a su vez con el público. La disciplina mental de un gran intérprete ó un atleta de élite se asemeja bastante a la de un practicante de zazen.
(Y una vez más el espectro de la digresión se ha introducido en mi reflexión).

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