En Occidente estamos tallados con un molde que hace que veamos el mundo como una gran red de causalidades. Incluso ya hace años que utilizamos la estadística para encontrar relaciones causales. No tan sólo causalidades físicas ó materiales, sino también psíquicas, morales ó metafísicas. Evidentemente, las relaciones causales las generamos nosotros. Para asegurarnos la tranquilidad asignamos un coeficiente r2 y automáticamente proyectamos nuestro constructo en el reino de la “realidad externa”.
Nuestro inconsciente sigue un camino muy hábil para lograr hacer enmudecer nuestra capacidad de análisis de las situaciones. Simplemente, inventa falsas relaciones causales, tejiendo clichés, cuya procedencia habría que buscar en los estratos más superficiales de las vías de expresión de nuestra sociedad.
El tiempo, tal como lo consideraba la Física antes de la Relatividad, era necesariamente lineal. La ley causal se derivaba de forma natural. La Relatividad Restringida “relativiza” el concepto de tiempo (posibilidad que ya había sido intuida en cierta manera más de cien años atrás por Kant). A partir de aquí podemos considerar la posibilidad de que el tiempo se muestre como un parámetro no lineal; podríamos hablar del “hipertiempo” con estructura fractal y como manifestación caótica del no-tiempo. Esta posibilidad haría más comprensible, por ejemplo, el fenómeno de la Astrología, que interpreta una estructura fractalizada de una tendencia estructural. Lo que no podemos es asociar la ley causal con la astrología: nos hallamos en ámbitos irreducibles.
El tiempo, tal como lo consideraba la Física antes de la Relatividad, era necesariamente lineal. La ley causal se derivaba de forma natural. La Relatividad Restringida “relativiza” el concepto de tiempo (posibilidad que ya había sido intuida en cierta manera más de cien años atrás por Kant). A partir de aquí podemos considerar la posibilidad de que el tiempo se muestre como un parámetro no lineal; podríamos hablar del “hipertiempo” con estructura fractal y como manifestación caótica del no-tiempo. Esta posibilidad haría más comprensible, por ejemplo, el fenómeno de la Astrología, que interpreta una estructura fractalizada de una tendencia estructural. Lo que no podemos es asociar la ley causal con la astrología: nos hallamos en ámbitos irreducibles.
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