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domingo, 8 de enero de 2006

Movimiento circular y ascendente


Los biólogos y los químicos, a diferencia de los físicos, todavía conservan la idea, hija deforme del reduccionismo dualista, de que la adquisición de “conocimiento científico de la realidad” es un proceso similar a la ingesta de un queso de bola: vamos ganando terreno a la “ignorancia” o al queso hasta que ya lo sabemos todo ó el queso ha desaparecido. Ello es sin duda debido a la concepción mental de cada objeto de estudio: mientras que el físico piensa en un sentido más abstracto que lo lleva lejos de la percepción sensorial, el químico y el biólogo consideran su objeto de estudio como un sistema microscópico similar al que percibe con los sentidos en la vida cotidiana. Así, el concepto de campo, presente en la ortodoxia física durante más de 150 años, todavía no ha entrado en la ortodoxia químico-biológica (todas sus apariciones han sido heterodoxas). La ortodoxia químico-biológica solamente contempla las interacciones materiales de tipo químico (que en ciertos casos y como máximo pueden dar lugar a impulsos eléctricos).
Las teorías que hacen referencia a los procesos de evolución del pensamiento se pueden clasificar básicamente en tres tipos: las que proceden por acumulación, por dialéctica y por paradigmática. Las que proceden por acumulación parten de la visión de una realidad absoluta, única, dura. Las que proceden por dialéctica presuponen un concepto más relativo de realidad y, a la vez, más blando y maleable. Las que proceden por paradigmas, por fin, conciben la realidad como un multiestrato constituido por estructuras blandas. Las primeras llevan asociado un sentido claro de la dirección: evolucionamos hacia una ampliación de la conciencia, hacia grados de diferenciación siempre más elevados. La evolución por dialéctica no posee un sentido tan claro de la dirección. Nos habla, sobretodo, del non stop del proceso evolutivo, y esto ya la diferencia mucho de la acumulación. Los pensamientos siempre generarán antítesis que acabarán incorporando. Este tipo de teorías se centran en el proceso de evolución y no comportan una visión finalista (termodinámica). La evolución paradigmática no presupone ningún sentido de la dirección. De hecho, permite que atravesemos los mismos paisajes muchas veces sin tener una clara percepción de este hecho. Contrariamente a los otros dos tipos de teorías, no tiene una relación consciente con el pasado. En cierta manera, es el inconsciente el motor del cambio. Cuando una idea ha madurado suficientemente de forma inconsciente y adquiere suficiente energía psíquica aparece el mismo centro de la conciencia. No desbanca a las anteriores, sino que de hecho constituye otro punto de vista (que a veces es nuevo pero a veces no lo es). Tradicionalmente se ha presupuesto que el conocimiento científico caminaba por acumulación mientras que otros campos como el artístico ó el ideológico avanzaban por dialéctica. Las ciencias naturales históricamente más avanzadas, como la Física, hace ya mucho tiempo que reconocieron la paradigmática como motor importante en el camino del conocimiento. Actualmente, y debido al boom de les ciencias de la Biología, el camino acumulativo nos vuelve a parecer el único posible. Esto se debe a las características del momento actual, que tomamos equivocadamente como muestra representativa de cualquier momento histórico. Tanto la evolución acumulativa como la evolución por dialéctica suponen un camino irreversible: los conceptos pasan del desconocimiento ó del inconsciente a la racionalidad –por eliminación de errores en el primer caso y por fusión de contrarios en el segundo- sin marcha atrás. La evolución paradigmática supone un camino reversible de aparición y desaparición de las ideas de la conciencia, un poco tal y como funcionan las modas de la vestimenta en nuestros días.
La perspectiva de acumulación del conocimiento no es incompatible con la perspectiva paradigmática. Todo depende de cómo definamos el término “acumulación”. Si nos referimos a la “integración dialéctica” no existe tal incompatibilidad. Si nos referimos a la progresiva “desaparición de ignorancia” el término denota un claro sesgo hacia la postura reduccionista, en muchos sentidos incompatible con la visión paradigmática. La integración dialéctica consiste en la suma de dos movimientos; uno circular y otro ascendente. La postura reduccionista comporta solamente un movimiento circular con ascensión ilusoria, como los personajes del cuadro de M. Escher.

1 comentario:

carles p dijo...

Muchas gracias, JMM, por tu magnífico y generoso comentario. Evidentemente que le verdadera historia del conocimiento se da de todas las maneras que he intentado describir. Después de todo estas descripciones no son más que racionalizaciones teóricas alrededor de un algo (proceso, evolución, lo que sea)que existe en realidad. Ya conoces el famoso aforismo del Tractatus Logico-Filosoficus: "Lo místico no consiste en cómo es el mundo, sino en que sea" (que conduce directamente al famoso final: "De lo que no podemos hablar, más vale callar".
En mis próximas entregas sobre el tema procuraré esmerar el contenido para estar a la altura de tus comentarios (aunque por el momento estoy echando mano de cosas que escribí en los últimos cinco años, y en algún caso mi pensamiento ha evolucionado). En el caso presente simplemente quería polemizar un poco con la parte del mundo biológico que vive no ya antes de "el mito de lo dado" sino antes del propio Kant.
Me ha gustado mucho el símil de la esfera (esa esfera que crece con nuestra ampliación de conciencia y a su vez nos muestra que siempre pueden haber nuevos giros copernicanos).