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viernes, 30 de junio de 2017

Poetas


                  La alternativa, por fin, había llegado y a partir de aquel momento la política sería una cosa muy diferente. Después de tanto camino recorrido y de tanta reivindicación.....los tiempos habían cambiado, ahora sí, y de forma radical. Hacía ya muchas décadas que el espectro de las tendencias se había difuminado de tal manera que ya nadie sabía a ciencia cierta qué significaban los términos derecha, centro o izquierda.Y eso a pesar de todos los tópicos y las racionalizaciones largamente sedimentados. Los derechos de los débiles parecían ya no importar en realidad a nadie. Las izquierdas verdes se habían sumergido en un cuasi-religioso sistema de creencias que centraba su acción en el castigo al adversario olvidando en demasiadas ocasiones el abordaje serio de los problemas del planeta de los que tanto hablaban. Los grupos que propugnaban una co-gestión asamblearia apenas eran capaces de distinguir entre la política y la reunión de los boy-scouts. Fue por eso que la propuesta política del poeta Fontseca cuajó. Los electores, primero pensando en un voto de castigo y más tarde en un divertimento buffo e incluso en una salida friky -opción ésta a la que las características personales de Fontseca añadían un alto componente posibilitario- decidieron que él era el mejor candidato para ocupar la jefatura de gobierno durante los próximos años. Fontseca, afirmaciones hechas por él mismo, no tenía idea alguna de economía, gestión, infraestructuras o grupos de presión. Su propuesta era la de gobernar desde la posición del hombre de la calle. Ya que los gobiernos tecnócratas sin color político también se habían demostrado ineficaces, Fontseca primaba por el retorno a los valores humanísticos, el sentido del deber, la honorabilidad, la fraternidad, el respeto a todos los grupos, la reflexión filosófica sobre el devenir de la humanidad, por supuesto el acercamiento de la cultura al pueblo. Huelga decir que todos los partidos de corte más tradicional -tanto los de derechas como los de izquierdas- se mofaban de Fontseca y auguraban una cortísima singladura a su gobierno. Pero el poeta no era tan tonto como creían sus adversarios y se supo rodear de gente que -con menos que poca experiencia en estas lides- se mostró eficaz y supo contener el descontento de los grupos de presión. La ciudadanía también quedó sorprendida ya que gran parte de ella había votado a Fontseca pensando en un gran revulsivo, en una gran conmoción que hiciera saltar por los aires al sistema. En pocos meses muchos de los problemas que se arrastraban desde hacía lustros se resolvieron. Cuando todo parecía dar la razón al poeta, sin embargo, saltó lo inesperado: un tal Fontcuberta, también poeta, logró crear un partido político alternativo al de Fontseca. Mientras Fontseca basaba su ideario de hombre común en la  poesía clásica y los alejandrinos, Fontcuberta lo hacía en la poesía expresionista y los versos blancos. Aunque a priori nadie entendía la relación entre la poesía y la política, el partido de Fontcuberta fue ganando adeptos que parecían haber olvidado el éxito de Fontseca y caían rendidos a los pies del nuevo Rimbaud. ¡Abajo Boileau!¡Viva Baudelaire! Tal era la consigna de los portadores de la nueva verdad...

sábado, 17 de junio de 2017

Und so weiter...

                            A los que sostenemos la creencia en una forma u otra de evolución de las sociedades y del conocimiento que éstas constelizan a lo largo de la historia, los tiempos actuales nos muestran una condición insoportable. A esta contradicción la llamamos Post-Modernidad y nos enseña que las cosas solo pueden evolucionar hasta el presente, desde el que observamos al mundo tal como es, de forma transparente, sobre un fondo blanco que no admite interpretaciones y sobre el que nosotros mismos creamos las interpretaciones y elegimos los patrones que más nos agradan. Este fondo blanco da carta de existencia al infinito conjunto de racionalizaciones que manejamos constantemente en nuestra vida diaria y que -como fuente de irracionalidad que son- no nos dejan ver más allá de nuestra empobrecida visión. Recuerdo que hace 35 años los medios de comunicación se hacían eco del bicentenario del bicentenario de la Crítica de la Razón Pura -una de las cumbres de la Modernidad- y reconocían la influencia que el pensamiento de Kant había ejercido en los más variados ámbitos del conocimiento. Ahora estos mismos medios -guiados por una nueva generación- han olvidado a Kant y conniven con la visión a-crítica de la realidad-dada y la transparencia del conocimiento, embotando aún más al lector-consumidor ávido de estadísticas y morbo.

sábado, 3 de junio de 2017

Colibríes


      La sociedad, como organismo viviente que es, encuentra su estabilidad a través de fuerzas que provienen de una miríada de bucles de interacción negativamente acoplados. Estos bucles de feed-back se hallan en rápido y constante funcionamiento. La evolución de la sociedad como tal, en épocas regulares, es relativamente lenta comparada con la actividad de los bucles; un poco como un colibrí, que gracias a su extraordinariamente rápido aleteo puede mantenerse "inmóvil" en el aire o desplazarse muy lentamente. En el caso del colibrí existe un órgano central que coordina los movimientos con una suerte de volición. En el caso de la sociedad el papel del órgano central lo asumen los códigos morales, la tradición, las creencias, el modo-de-estar-en-el-mundo,....El órgano central de una sociedad es relativamente estable, sostenido y con capacidad auto-reparadora en épocas de estabilidad histórica. En épocas de cambio el órgano se debilita y coordina de forma mucho menos efectiva la actividad de los millones de bucles de feed-back. El resultado lógico es la incertidumbre sobre el futuro próximo. Cualquier bucle un poco desbocado puede acoplarse positivamente y arrastrar a otros bucles concurrentes pudiendo perderse fácilmente la contención de toda la estructura. En ese punto nos hallamos. Está en nuestras manos la sostenibilidad del planeta.Está en nuestras manos el futuro de Internet. Está en nuestras manos la ética social. Está en nuestras manos la paz mundial...¿Está realmente todo eso en nuestras manos?