Vistas de página en total

martes, 30 de octubre de 2018

Ironismo

         
                  Acabo de leer "Contingencia, ironia y solidaridad", libro que Richard Rorty publicó en 1989 a partir de una serie de conferencias impartidas poco antes. Y a diferencia de lo que sucede con mucha literatura primaria en el campo de la filosofía (otras obras del mismo autor incluídas), el libro de puede digerir con notable facilidad. La tesis del pequeño volumen, expuesta con suma brillantez, es nada más y nada menos que la de dar un giro radical a la filosofía. Rorty reconoce el camino de los filósofos que ofrecieron una visión alternativa (historicista; evolucionista) a la del canon Platón-Kant (metafísica en el sentido clásico). Estima que, aun así, estos autores (Hegel, Nietzsche, Heidegger) cayeron también presos -aun queriéndola negar- de una especie de metafísica en el sentido de sustrato pre-existente al que se puede acceder de forma asintótica. Es decir, Rorty reconoce a los historicistas la puesta en primer plano del tiempo y la evolución (cosa que, siendo rigurosos, Kant ya había situado como una de las premisas para acceder al conocimiento) pero les niega la capacidad para reconocer el carácter contingente que los lenguajes (ergo la historia de la filosofía pero también de la ciencia) poseen per se. En pocas palabras: según Rorty cualquier idea nueva (en filosofía, arte, ciencia y otros asuntos) depende exclusivamente de un lenguaje, y éste es siempre contingente. A diferencia del filósofo metafísico, el filósofo ironista -como el literato, de quien toma su ejemplo- sostiene que ningún lenguaje está más cercano a la realidad que otro, porque la realidad la creamos precisamente nosotros con nuestros lenguajes. En el fondo se trata de una descripción alternativa de la Postmodernidad (Rorty siempre admiró a Derrida) enunciada de modo sumamente interesante. Rorty incluso expone una versión alternativa del problema crucial de la postmodernidad (el hecho de que el enunciado "no existen verdades absolutas: todo es relativo" no admita autoreferenciación) en la forma "¿cómo es posible redescribir a los filósofos anteriores sin caer en una nueva metafísica?". La última sección del libro -solidaridad- es la más técnica (se apoya en narradores como Proust, Nabokov y Orwell para ofrecernos una visión del buen comportamiento sin el apoyo de una moralidad a-temporal). Quizás aqui es donde más nos cueste aceptar sin más la visión rortiana y el libro pierda algo de la brillantez extrema de sus dos primeras secciones. Así y todo recomiendo fuertemente su lectura, aunque sólo sea para compensar la cada vez más patológica utilización de racionalizaciones expulsadas de su origen y supuestamente generadoras de conductas ejemplares.

2 comentarios:

Lluís P. dijo...

Fratello,

Me enfrento a uno de tus textos más difíciles de entender dados mis limitadísimos fundamentos filosóficos (mea culpa). Los conceptos que mencionas son tantos que hago uso extensivo de la Wikipedia y el diccionario para arrojar un poco de luz a mi lúgubre entendimiento. El éxito de mi campaña es mediocre, por lo que me atrevo a exponerte algunas de mis dudas. Si tus respuestas ayudan a la comprensión de otros lectores, bien . Si rozan el ridículo intelectual y provocan tu hilaridad, bien también. Ahí las dejo.
¿Qué se entiende por lenguaje contingente?
¿Qué significa que “el enunciado "no existen verdades absolutas: todo es relativo" no admita autoreferenciación”?
Con la profunda convicción de que los comentarios a tu blog ayudan a mantenerlo vivo, espero tus esclarecedoras respuestas,

fp

carles p dijo...

Fratellino,

Cap problema! Si por contingencia entendemos "el modo de ser de lo que no es necesario ni imposible, sino que puede ser o no ser el caso" pues un lenguaje contingente es el que no depende de un absoluto inmutable situado fuera del tiempo sino que es histórico y no viaja necesariamente hacia ese inmutable prefijado.
La autoreferenciación de "no existen verdades absolutas..." es isomorfa del famoso enunciado de la paradoja de Epiménides: "todos los cretenses son unos mentirosos" (siendo Epiménides un cretense ¿el enunciado es cierto o falso?). La versión soft de la postmodernidad lo enuncia: "la única verdad absoluta es que todo es relativo".
Muchas gracias por preguntar y mantener así la llama ardiente del blog!
fp