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sábado, 14 de marzo de 2020

Mahagonny



                        Nuestra curiosa –que no inédita- situación actual conjuga diversos elementos propios de la sociedad medieval (epidemias, terraplanismo, amenazas apocalípticas terrestres o extraterrestres) con otros elementos propios de la crisis de la Modernidad (posverdad, ética líquida, corrección política). De esta conjugación -como sucede en cualquier otra situación- algunos grupos sacan sobrados beneficios (léase dirigentes políticos, medios de comunicación, grupos financieros o fabricantes de utensilios anti-epidemia –desde mascarillas hasta escapularios-). Lo que más me asusta es la aparente falta de riqueza estructural, ramificaciones, derivaciones. No: se supone que todos debemos de habitar este espacio mental común y monolítico al que la mediocridad llama con descaro “la realidad”. Frente a esta estrategia económica basada en el vertedero de basura (consumismo de usar-y-tirar crecientemente acelerado) y esta ética basada en la famosa frase de Louis XV “après moi, le dèluge” necesitamos redibujar nuestras coordenadas en todos los aspectos si queremos salir del atolladero. Para redibujar nuestras coordenadas y recontextualizar nuestras excesivamente reificadas certezas debemos dar un paso atrás y ver el conjunto con una perspectiva más amplia. Esta situación de aislamiento podría ser una oportunidad excepcional para replantearse todos estos temas. Aunque me temo que más que al Decamerón nos remitiremos a Mahagonny. Cuando el huracán haya pasado de largo reprenderemos nuestros vicios sociales aún con más intensidad…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Carles:
La situación en la calle,con el gran susto que estamos pasando,y gracias al miedo al contagio, es de una urbanidad maravillosa; ya no es necesario ir esquivando empujones o bolsazos o pisotones que alguien nos da con la excusa ofensiva de que no nos había visto. Pero como tú, pienso que cuando pase esta especie de guerra volveremos a la barbarie anterior centuplicada, porque esta mejoría no contiene si no egoísmo, y al quitar la losa del miedo resurgirán con más fuerza las actitudes prepotentes y soberbias.
La pena es que todo sea más viejo que el ir a pie. Adio amico. Rosa.