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viernes, 10 de enero de 2020

Terraplanismo



               Hace pocos años nadie lo habría creído, pero hoy en día las asociaciones terraplanistas no solamente existen, sino que además van ganando adeptos. En la página web de la asociación americana –la original- su actual presidente (ingeniero informático él) nos informa de que su actitud no es debida a un tema religioso, sino que está basada en hechos constatados por la ciencia. El auge del terraplanismo, por tanto, es un tema que tiene más que ver con la sociología y la psicología que con la física o la astronomía. A finales de los años 1950 Jung adscribió el auge de las visiones de naves extraterrestres con un fenómeno de psicología de masas relacionado con los mitos de salvación y de fantasía tecnológica, independientemente del hecho de que los visionados se correspondieran con fenómenos reales o no. En el caso presente, cualquier persona en su sano juicio y con un mínimo de educación puede demostrar que la esfericidad del planeta no tan solo satisface y encaja con todas las piezas del entramado, sino que la planaridad choca con obviedades elementales. En el caso de los ovnis el modelo de Jung remitía una visión relacionada con el futuro a un sustrato simbólico dependiente de mitologías, es decir, de alguna manera redibujaba proposiciones trans-racionales como realmente pre-racionales. En el caso del terraplanismo no podemos referenciar el hecho proposicional a otra cosa que una pura regresión. Uno de mis modelos favoritos de psicosociología evolutiva, el de Jean Gebser, relaciona cada estadio evolutivo con la apertura de una nueva dimensión espacial. A una etapa arcaica de dimensión cero siguen así una etapa mágica monodimensional, una mítica bidimensional y una racional tridimensional habiendo comenzado hace más de cien años una nueva etapa transracional tetradimensional. La idea de ascenso dimensional se relaciona con la apertura de nuevos órdenes cualitativos mientras que el desarrollo histórico de cada etapa se relacionaría con exploraciones cuantitativas. La idea de dimensión aplica tanto al simbolismo geométrico-espacial de las capacidades cognitivas como a su utilización en artes plásticas como al desarrollo del conocimiento físico del mundo. A la Tierra plana del mito –la Tierra que percibimos bajo una perspectiva espacial muy corta- le sigue la Tierra tridimensional de la razón, la que percibimos a través de una perspectiva mental-racional. A principios del S XX la teoría de la relatividad ofrecía nada menos que unos nuevos conceptos de espacio y de tiempo, uniendo ambos elementos en un continuo tetradimensional del que la perspectiva tridimensional no sería más que un corte epistemológico. Posteriores descripciones fisico-matemáticas del mundo emplean órdenes dimensionales superiores (10 dimensiones para la teoría de cuerdas, 11 para el modelo super-gravitatorio e incluso infinitas dimensiones para alguna de las formulaciones de la mecánica cuántica. Después de todo este viaje evolutivo el regresar a un mundo bi-dimensional responde a un fenómeno preocupante que va más allá de las puras opiniones. Las creencias son y serán siempre necesarias para poder vivir y son en buena parte independientes de las racionalizaciones, pero existen creencias que se acercan mucho a la línea difusa que anuncia el final de una zona digamos que “higiénica”y el principio de una “conspiranoica”. Uno también puede creer que su madre es una jirafa o que es capaz de volar si se lo propone, pero eso no añade demasiado a lo que percibimos cuando alguien verbaliza un juicio de este estilo. El terraplanismo, que no es en absoluto un movimiento nuevo, sí que constituye, por otro lado, el último grito en cuanto a desafíos a un consenso intersubjetivo cada vez más denostado por la post-modernidad.

2 comentarios:

Lluís P. dijo...

Fratello,

gracias al avance tecnológico, pronto se podrán hacer viajes a la estratosfera con la misma facilidad con la que cogemos un avión. Entonces, desde esta altitud, a ver quién es el terraplanista que sigue en sus trece. Porque a esta agrupación de ignorantes es mejor tratarlos como se trató a Santo Tomás, poniendo el dedo en la llaga para creer.
Saludos,

fp

carles p dijo...

Fratello:

Me temo que el terraplanismo es una actitud que no está necesariamente ligada a la presentación de pruebas sino más bien un modo de vida regresivo y un refugio de conciencias pobremente reaccionarias.
Veurem coses grosses!

fp