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viernes, 15 de mayo de 2020

μήτρα


                        La actual situación de confinamiento, inédita para la presente población de la sociedad occidental, puede dar lugar a mil simbolismos, interpretaciones, vaticinios, épicas, narrativas, narraciones, modelos o alharacas. Nuestro confinamiento puede ser de tipo uterino, una especial gestación que nos lleve a un nacimiento en un mundo nuevo. Para algunos también podría representar la crisis de una metamorfosis personal de tipo deseablemente no tan convulso como la de G Samsa. Para muchos el confinamiento se parecería más a una hibernación, a un puro hiato hasta que la situación externa vuelva a ser -cosa poco probable- la misma de antes. También ha podido dar lugar a una introspección, un alto en el frenesí que nos envuelve habitualmente que ha permitido que afloraran semillas olvidadas dentro de nuestro ser y hayan germinado con más o menos fuerza. El confinamiento forzado de grupos humanos también se caracteriza por dar lugar a fricciones que normalmente quedan disimuladas por la dilución de nuestras vidas en una especie de estado no por vertiginoso semicatatónico. Útero, Metamorfosis, Hibernación, Introspección o Fricción, de esta experiencia se puede sacar mucho jugo.   

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